El presidente de Libia Muamar Gadafi ordenó ayer una feroz represión contra los miles de manifestantes que exigen una reforma política y social en el país africano.
De acuerdo con la cadena de televisión Al Jazeera varias escuadrillas de la Fuerza Aérea abrieron fuego contra la población civil causando al menos 250 muertos y un número indeterminado de heridos que colapsan los hospitales de la capital Trípoli.
Ante las noticias procedentes de diversos barrios de la ciudad, el hijo de Gadafi, Saif al Islam, negó en la televisión estatal que los bombardeos tuvieran como objetivo la población civil. “La misión de las fuerzas aéreas es proteger el país y no disparar sobre el pueblo” añadió el hijo de Gadafi, citado por EFE.
Sin embargo, Al Jazeera aseguró que las ciudades de Misratah y Az Zawaziya sufrieron ataques aéreos.
Confusión y desastre
En todo caso, la tragedia que asuela Libia llamó la atención de su propia delegación en la ONU, que pidió una acción internacional ante lo que considera un “genocidio”.
Al mismo tiempo, la mayoría de los imanes de las mezquitas de Libia rechazó un discurso que les había preparado el líder libio, Muamar Gadafi, y llamaron a la población a salir a las calles para luchar contra el régimen, según informaron varias fuentes y testigos que acudieron a las oraciones en los templos.
En torno a la casa del hijo de Gadafi y de los principales consejeros del régimen el movimiento de vehículos cargados de bultos fue incesante durante toda la noche, mientras los manifestantes descargaron su ira contra varios edificios públicos, entre ellos los ministerios de Justicia y de Trabajo.
Reacciones y críticas
La situación se tornó tan crítica que Estados Unidos y la Unión Europea sugirieron la evacuación de sus ciudadanos.
En Washington, la jefa de la diplomacia estadounidense, Hillary Clinton, reclamó “el cese del baño de sangre inaceptable”, mientras el presidente Barack Obama estudia una “respuesta apropiada para Libia”. En el seno de la Unión Europea, un portavoz manifestó la inquietud de los Veintisiete por la “difícil situación” en el norte de África y sus efectos en la inmigración ilegal que está llegando a la Unión Europea procedente de esa región mediterránea.
En Trípoli corren como la pólvora los rumores de que Gadafi y todos sus hijos han huido del país, al igual que otros sobre la muerte de uno de los principales consejeros y mano derecha del líder del país.
A nivel económico las consecuencias fueron inmediatas. El precio del barril de crudo Brent superó ayer los 105 dólares en el mercado de futuros de Londres debido al aumento de las tensiones en Libia, mientras los especialistas en temas energéticos consultados por Radio Francia Internacional temen una crisis energética global.
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