Vehículos de lujo, condominios exclusivos, inversiones millonarias en clubes de fútbol de la Premier League inglesa, excesos en hoteles de cinco estrellas en la Costa Azul francesa, éste es el estilo de vida de los reyes, sultanes y emires del Golfo Pérsico que indigna a miles de jóvenes árabes y los impulsa a la revolución.
Al analizar las causas de la ola de manifestaciones que sacude a los países árabes, Bourhane Ghalioune, director del Centro de Estudios Árabes de la Sorbona de París, destaca la existencia de una “elite corrupta, apoyada por los países occidentales”, señala la agencia francesa AFP.
“Su única motivación es la acumulación de riquezas, cuando sus predecesores exhibían una voluntad de cambiar la vida de los más pobres”, señala Bourhane Ghalioune.
“Despotismo medieval”
De acuerdo a George Reilly, de la Academia de Estudios Occidentales de Dublín, “la población que en muchos casos sobrevive con un dólar al día, está harta de tanta provocadora ostentación que para colmo de males es hereditaria. Pasa de padres a hijos sin que nadie eleve la voz, hasta ahora, simplemente porque los gobernantes ejercían el poder con un despotismo medieval hasta brutal”.
Por ejemplo, según un estudio de Merril Lynch, las inversiones extranjeras de la familia real saudí superan los 700 mil millones de dólares, aunque otras fuentes señalan que esa cifra sólo implica el dinero colocado en los fondos de inversión de la Unión Europea (títulos, acciones, obligaciones y bienes inmuebles).
El poder de Arabia Saudita
Los sauditas son los ricos entre los ricos de los países árabes. Entre las propiedades de la familia real de ese país más cercanas al común de los mortales figuraron hasta no hace mucho los hoteles Four Seasons.
Ahora el príncipe Salman, que gusta tanto de Marbella, posee acciones en las cadenas Fairmont y Raffles y en la empresa General Electric.
El rey Abdul Aziz, ya de 84 años de edad, es custodio de las dos sagradas mezquitas de los musulmanes (la de la Meca y la de Medina) desde el 1 de agosto de 2005. Ascendió al trono a la muerte de su medio hermano, el rey Fahd, aunque ejercía el papel de regente de facto desde 1995, cuando aquél quedó incapacitado por una hemiplejia.
La fortuna personal del soberano, de más de 21.000 millones de dólares, lo coloca entre los diez gobernantes más adinerados del planeta, lo cual no es extraño considerando que el país tiene reservas petroleras por ese mismo monto millonario.
Asimismo el clan realiza millonarias inversiones en diversos mercados de todo el mundo. bancos, industrias y centros turísticos mientras su pueblo sufre hambre y exclusión.
Petrodólares árabes
# Poder El emirato árabe de Abu Dhabi se convirtió hace unos cuantos días en uno de los mayores inversores del banco estadounidense Citigroup, al inyectarle 7.500 millones de dólares.
# Megalomanía El jeque Khalifa bin Zayed bin Sultán Al Nahayan posee una fortuna personal de casi 19.000 millones de dólares.
# Petróleo Los especialistas financieros calculan que, por cada dólar que aumenta la cotización del crudo en el mercado internacional, los petroleros de aquel país reciben alrededor de nueve millones al día.
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