miércoles, 18 de mayo de 2011

México, golpeado por más de 40 mil muertes

Más de 40 mil muertos en los últimos cuatro años, más de diez mil desaparecidos y un aumento de un 50 por ciento de los jóvenes que consumen droga en México es la cifra ofrecida por la corresponsal de Telesur en el país norteamericano Aissa García, información con la que aborda la entrevista con el poeta Javier Sicilia, quien encabeza al Movimiento Nacional por la Paz con Justicia y Dignidad.

Sicilia, en entrevista con Telesur, habla del surgimiento de este movimiento que nace luego de la muerte de su hijo. Expone las exigencias al Gobierno que encabeza Felipe Calderón bajo la consigna de la necesidad de refundar un país que, argumenta, “está podrido”.

–¿Qué lo llevó a formar este movimiento que es una realidad importante hoy por hoy, que se convirtió el domingo 8 de mayo en un verdadero coro de agravios contra la violencia y contra lo que está pasando en este país? ¿Qué lectura puede dar de esta marcha que hubo y que ha llamado tanto la atención?

–Bueno, en realidad yo no hice este movimiento, surgió. Surgió a raíz de la muerte de mi hijo que fue asesinado por estos vínculos podridos que hay en este país de ciertos policías y narcotraficantes.

Cuando sucedió esto yo estaba en Filipinas dando un tour de poesía y tardé cerca de un día y medio en llegar. Yo les decía que me esperaran porque no quería encontrarme con las cenizas de mi hijo sino que quería velarlo. A los universitarios les indignó muchísimo este crimen y ellos mismos ya habían protestado, marchado, pusieron los altares que siempre estuvieron, hicieron también maratones de poseía. Cuando yo llegué tenía ya dos o tres días de gestar una especie de movilización.

Yo además de ser poeta he tenido una participación en la vida pública como analista político, también he participado en movilizaciones y movimientos, y un poeta debe encarnarse también en la vida ciudadana porque habla del corazón del hombre.

Pues simplemente convoqué a la primera marcha y escribí un artículo que publicó Proceso, mi revista, que se llamaba Estamos hasta la madre. Carta a los políticos y a los delincuentes, y ahí surge la primera marcha, la primera movilización.

–Usted ha dicho que el país está en emergencia nacional y también ha cuestionado la política, la forma en que el Gobierno enfrenta al crimen organizado, ¿qué puede ampliarnos sobre esto.

–La guerra que hizo el Presidente de la República es, como he insistido, una guerra mal planteada, mal dirigida, mal llevada. Sí, había el problema de la criminalidad, pero teníamos un problema muy añejo que es el pudrimiento de las instituciones de las que he hablado, que no es responsabilidad de Calderón, eso pertenece al pasado.

Yo siempre he dicho que es a partir de la fundación del PRI que se construye un Estado mafioso, que termina por fracturarse con la transición democrática que lleva a un presidente del partido de la derecha con un consenso popular enorme y un presidente que no hace las reformas y no sanea al Estado, sino que trata de administrar esas mafias donde el crimen empieza a florecer. Porque también las relaciones mafiosas entre el Gobierno y la delincuencia empezaron a fracturarse. Llega Felipe Calderón con muy escaso margen y con un sentimiento entre una parte de la nación de legitimidad e inventa una guerra, y no se da cuenta de que la problemática empezaba en el Estado y la consecuencia de eso es que se ha visto el pudrimiento del Estado, porque el Estado no está cumpliendo con su labor fundamental, que es cuidar a la ciudadanía.

Se crea esta guerra y en este pudrimiento del Estado, el crimen florece y hay una tremenda impunidad.

–Usted acaba de mencionar al presidente Felipe Calderón, ¿se unirá a él? Porque usted ha hablado de un diálogo, pero un diálogo en formato de foro y en el Palacio Nacional.

–Hemos insistido en que ya basta de opacidades, que todo lo que haga el Gobierno –porque es una democracia participativa– tiene que ser de cara a la nación.

Lo único que le pedimos en este formato es que sea público, segundo que estén las víctimas, no todas pero una parte representativa de las víctimas, que esté una parte representativa de los movimientos y de la sociedad civil, y que sea en Palacio Nacional porque la tendencia del Presidente es hacerlo siempre en su casa, en Los Pinos. Nosotros queremos que sea en el Palacio Nacional, porque es absolutamente simbólico y es el lugar donde se encuentran los poderes.

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