martes, 21 de junio de 2011

‘Marcha indignada’ se inicia en rechazo al Pacto del Euro

Acampada Valencia ha organizado una “marcha popular indignada” a pie, que partirá hacia Madrid y que tiene previsto completar en 34 días más de 500 kilómetros para visitar 29 poblaciones, en las que explicarán el movimiento y celebrarán asambleas para recoger las demandas de la población.

Según informaron en un comunicado, ‘indignados’ de ciudades, pueblos y barrios cercanos a Valencia se reunirán el domingo en la Plaza del Ayuntamiento, rebautizada por el movimiento como Plaza del 15 de Mayo, con motivo de la manifestación convocada a las 18.30, bajo el lema: “No pagamos vuestra crisis”.

Al día siguiente iniciarán esa marcha a pie que está previsto que concluya el 23 de julio en Madrid, donde participarán en un “gran encuentro con otras marchas a nivel estatal” y expondrán las demandas que hayan surgido en las visitas a las distintas poblaciones.

“Salimos de nuestros hogares con nuestros escasos medios para llevar la indignación al interior de la península como suma a la expansión del movimiento a nivel internacional”, han explicado desde el colectivo Acampada Valencia.

Así, han invitado a participar en esta iniciativa a toda la población que “desee cambiar este sistema político y económico por una democracia verdadera, participativa y por un mundo más justo”, sin distinción de “ideología, color de piel, género o situación económica”.

La iniciativa surgida en Valencia surgió por las manifestaciones del domingo en las que se movilizaron más de cien mil “indignados” que refutaron el Pacto del Euro. Pero el acuerdo tiene previsto ser ratificado el 27 de junio por los 17 países que forman parte de la moneda común, más otros seis miembros de la Unión Europea. (UE).

OBJETIVOS DEL ACUERDO

El Pacto del Euro, así se ha bautizado al acuerdo alcanzado el 17 de marzo. Su fin declarado es “responder a la crisis, preservar la estabilidad financiera y establecer los fundamentos de un crecimiento inteligente, sostenible, socialmente integrador y creador de empleo”.

Con este objetivo, se acuerda un paquete de medidas que suponen un nuevo ajuste sobre los trabajadores europeos. Algunas de las medidas más controvertidas del Pacto del Euro son la reducción salarial a través de la vinculación de los salarios a la productividad y no a la inflación, la merma de la capacidad de negociación sindical colectiva, una mayor flexibilidad laboral que facilite el despido de trabajadores.

Entre otras medidas, se destaca el aumento de la edad de jubilación, la sustitución de impuestos directos por otros de tipo indirecto como el IVA y el establecimiento por ley de topes de déficit público en los Estados signatarios.

Desde sectores de la izquierda, este duro paquete de medidas de ajuste es interpretado como una imposición de la Canciller Ángela Merkel para que “Alemania no abandone a su suerte a las economías de los socios europeos más débiles”.

En el marco de este acuerdo, se explican algunas de las últimas medidas adoptadas por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero que, ante la falta de acuerdo entre la patronal y los sindicatos españoles, recientemente se vio obligado a reformar la legislación sobre la negociación colectiva.

A su vez, según algunos analistas, el futuro inmediato de la economía española cada día es más incierto, así como el incremento de la conflictividad social en las calles y los movimientos especulativos con respecto a la deuda española en los mercados financieros.

Algunos cálculos sitúan en torno a los 750.000 millones de euros el coste de un hipotético rescate español. Una cifra que puede poner en serio riesgo el futuro de la moneda única y de la propia Unión Europea.


CRISIS Y ECONOMÍA

Grecia. Los problemas de Grecia para afrontar el pago de su deuda, a pesar de las multimillonarias ayudas, hacen aparecer el fantasma del rescate financiero sobre la economía española.

Tamaño. El rescate es inviable ya que cálculos sitúan en torno a los 750.000 millones de euros el coste de un hipotético rescate español

Controversia. Desde sectores de la izquierda se critican medidas como la reducción salarial a través de la vinculación de los salarios a la productividad y mayor flexibilidad laboral que facilita el despido de trabajadores.

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