miércoles, 29 de febrero de 2012

Crucero italiano a la deriva es salvado de ataque pirata

Los ataques piratas fueron rechazados y el crucero logró ser remolcado hacia las islas Seychelles. El crucero había estado a la deriva desde que el lunes se produjo un incendio en la sala de máquinas, que fue extinguido sin que se registraran víctimas. El Costa Allegra pertenece a la compañía de navegación ítalo-estadounidense Costa Crociere, propietaria del Costa Concordia, que naufragó el 13 de enero frente a la isla italiana del Giglio causando la muerte de 32 personas.

Costa reconoció ayer que dos acontecimientos de este tipo en tan poco tiempo son perjudiciales para su “reputación”. Familiares de los pasajeros afirmaron que la empresa los había contactado, pero que no pudieron comunicarse directamente con sus parientes. A bordo van 627 pasajeros de varias nacionalidades, entre ellos 15 españoles, dos brasileños y un uruguayo, y 413 tripulantes.

“Costa nos llamó ayer (lunes) para explicarnos que todo estaba bajo control. Lo más incómodo es el calor porque el aire acondicionado dejó de funcionar”, declaró Liviana Chiappi, la esposa de un miembro de la tripulación del navío. “Los pasajeros no se pueden quedar dentro del barco, salvo en ciertas partes, pero no en los camarotes. Pienso que tienen que pasar la noche a la intemperie, pero la temperatura lo permite. Basta con una manta”, añadió.

El crucero, de 188 metros de eslora, zarpó el sábado de Madagascar hacia las islas Seychelles y tenía previsto seguir hacia Omán y Egipto. La nave, con ocho cubiertas y 399 camarotes, fue construida en 1992, remodelada en 2006 y puede transportar un máximo de 1.400 personas”.

Costa Crociere pertenece al estadounidense Carnival, número uno mundial de los cruceros. En su seno cuenta con otras compañías como Aida, Cunard, Ibero Criuses o P&O.

Las demandas de los sobrevivientes y de las familias de las víctimas se acumulan desde el naufragio del Concordia, que hizo caer las reservas en un 15% en los medios de crucero tras el accidente, según las cifras comunicadas por Carnival y por Royal Caribbean Cruises Ltd (RCCL), número dos mundial. Los operadores turísticos dicen a AFP una y otra vez que tienen dificultades crecientes en venderles a los turistas el concepto mismo de “crucero”, después de lo sucedido.

Escoltas. “No se corre peligro de piratería, pero no se puede garantizar al 100%”, había comentado el comandante Giorgio Moretti, director de operaciones marítimas de la compañía. El otro temor, que la empresa prefiere descartar, es que el crucero pueda encallar, tal como le ocurrió en enero al crucero Costa Concordia.

Dos aviones, uno de Seychelles y otro de India, escoltaban a la embarcación. Barcos extranjeros de vigilancia suelen intervenir en Seychelles desde hace varios años. Procuran, tantas veces en vano, reducir el número de ataques piratas.

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