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domingo, 18 de marzo de 2012

El presunto autor de la matanza de Afganistán es el sargento Robert Bales

Hasta ahora el nombre del autor de la matanza de Kandahar seguía siendo una incógnita. Pero este viernes las autoridades de EEUU desvelaron que se trataba del sargento Robert Bales, que reside a las afueras de Seattle y ha estado de servicio tres veces en Irak y una en Afganistán.

Al suboficial se le imputa la autoría de la masacre en la que fallecieron el domingo pasado 16 civiles afganos. La versión oficial indica que Bales abandonó su base y se dirigió a varias casas del barrio cercano de Panjwai. El Gobierno afgano exigió que el sargento fuera juzgado por un tribunal afgano. Pero las autoridades estadounidenses enseguida lo sacaron del país. Primero a Kuwait y luego a una base militar en Kansas donde permanece bajo custodia militar.

La unidad de Bales había servido en Irak en tres ocasiones y al principio no iba a viajar a Afganistán. Su valor le había hecho acreedor de varias condecoraciones y en Irak había sufrido una herida en el cráneo y otra que obligó a amputarle parte de un pie.

´Siempre tuvo buenas maneras´

Antes de alistarse, Bales había desempeñado empleos intermitentes y su esposa tenía un trabajo mejor que él. Ambos vivían a las afueras de Seattle y tenían dos hijos de tres y cuatro años. Estos y otros detalles los desveló John Henry Browne: el letrado al que ha contratado su familia con la vista puesta en el proceso que le tocará afrontar. Browne insistió en que el de su cliente era un matrimonio feliz y que su familia no entendía cómo podía haber hecho una cosa así. "Siempre tuvo buenas maneras", afirmó Browne, "nunca dijo nada malo de los musulmanes".

La explicación oficial vincula los crímenes de Bales a la presencia de alcohol clandestino en la base y a la cólera despertada en la víspera por las heridas de un compañero. Las autoridades dicen que el sargento estaba a su lado cuando un artefacto le voló una pierna por los aires. Al día siguiente, disparó uno por uno a nueve niños y otros siete civiles afganos.

El letrado Browne es un especialista en causas perdidas. En los años 80 asumió la defensa de Ted Bundy: un miserable que murió en la silla eléctrica después de violar y asesinar a decenas de mujeres. Los informes oficiales sitúan la cifra en 36. Pero algunas estimaciones elevan la cifra hasta el centenar.

Esta vez Browne tiene la ventaja de que al sargento Bales le espera un proceso militar. Un entorno que suele ser benévolo con los militares acusados de masacres durante las misiones en el extranjero. El sargento Frank Wuterich fue absuelto en enero de una matanza similar. Entonces murieron 24 civiles en la localidad iraquí de Hadiza y fue obra de todo su destacamento. Esta vez las autoridades señalan al sargento como el único responsable. Pero este viernes Hamid Karzai expresó sus dudas sobre ese extremo diciendo que las pesquisas de los oficiales afganos indicaban que los crímenes eran obra de varias personas.

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