La estrategia del enviado especial de Naciones Unidas y la Liga Árabe para Damasco, Kofi Annan, de alcanzar una tregua en la guerra civil siria y avanzar hacia un diálogo político entre las partes, sufrió ayer un revés cuando el presidente Bashar Al Assad desestimó cualquier tipo de solución mientras existan “grupos terroristas armados”.
En medio de una guerra civil que ya lleva casi un año y que empeora de manera progresiva, Assad le aseguró a Annan que “Siria está dispuesta a contribuir a los esfuerzos para encontrar una solución política”.
Según el Mandatario sirio, sin embargo -citado por la agencia oficial SANA-, “ningún diálogo político puede tener éxito en presencia de un grupo armado que crea el caos y pone en peligro la seguridad atacando a los ciudadanos y las propiedades”.
Assad, además, acusó a los países extranjeros de dar “una imagen de los hechos que es lo opuesto de lo que sucede en realidad sobre el terreno”.
Por su parte, Annan renovó su empeño en trabajar de modo “justo, imparcial e independiente”, y rechazó la posibilidad de una intervención extranjera en Siria, en coincidencia con la posición de Rusia, reiterada en la reunión con cancilleres árabes que se llevó a cabo en El Cairo.
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