Un militar de Estados Unidos masacró a 17 civiles, en su mayoría mujeres y niños, en la provincia de Kandahar, sur de Afganistán, tras lo cual el presidente Hamid Karzai calificó de “imperdonable” el hecho y su par Barack Obama dijo que los responsables “serán llevados a la justicia”.
La masacre pone de nuevo en aprietos a Washington, luego de la reciente quema de copias del Corán por parte de soldados estadounidenses, y teme una escalada de ataques contra sus tropas en Afganistán.
“Este incidente es trágico y conmociona, y no representa el carácter excepcional de nuestro Ejército y el respeto que Estados Unidos tiene frente al pueblo afgano”, escribió el presidente Obama al comentar la matanza.
El Mandatario agregó estar “profundamente entristecido” y dijo que es necesario “verificar los hechos y llevar, en el tiempo más breve posible, a los responsables ante la justicia”.
El presidente afgano, Hamid Karzai, pidió explicaciones a la OTAN por lo que definió como “crímenes intencionados” y tachó la matanza de “imperdonable”.
“Cuando afganos son asesinados deliberadamente por fuerzas norteamericanas, esta acción es un asesinato y por ello una acción imperdonable”, dijo en un comunicado, en el que también pidió explicaciones a Washington.
El militar, que fue arrestado, mató a 17 civiles, entre ellos nueve niños y tres mujeres, precisó Karzai. Según el diario The New York Times en su edición on line, citando fuentes locales, los cadáveres fueron recogidos por los vecinos y llevados a una base local estadounidense en señal de protesta.
Un anciano de una de las aldeas de Kandahar dijo a ANSA que todas las víctimas eran mujeres y niñas y que 11 de ellas pertenecían a la misma familia. Hasta ahora se desconocen aún las razones del ataque denunciado a la prensa por Hajji Agha Lalai, miembro del consejo provincial de Kandahar por el distrito de Panjwar.
Según Lalai, el múltiple asesinato contó con varios testigos. En el distrito de Panjwae se encuentra una base de la Isaf, la Fuerza Internacional de Seguridad de Afganistán que depende de la OTAN.
Jefe militar promete rápida investigación
Basej El comandante estadounidense de la ISAF, la fuerza internacional de la OTAN en Afganistán, general John Allen, prometió una “rápida investigación” y dijo que el autor “rendirá cuentas plenamente por sus actos”.
Situación La masacre fue lo último de una serie de incidentes que han ido erosionando las relaciones entre EEUU y Afganistán, lo que complica los planes para una retirada gradual de los 130 mil soldados estadounidenses,
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