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sábado, 24 de marzo de 2012

Soldado estadounidense podría ser ejecutado

El sargento del Ejército estadounidense Robert Bales fue acusado ayer de 17 cargos de homicidio premeditado, castigados con la pena capital, por la matanza de civiles afganos, dijo el mando militar estadounidense.

El sargento de 38 años es acusado de abandonar sin permiso una base militar estadounidense armado con pistola reglamentaria, calibre 9 milímetros y un fusil automático M-4, que tenía además un dispositivo lanzagranadas, antes del amanecer del 11 de marzo, y de matar a nueve niños afganos y a ocho adultos, así como de quemar algunos de sus cadáveres.

Fue el peor caso de una matanza de civiles cometido presuntamente por un militar estadounidense y perjudicó de forma notable las relaciones entre Estados Unidos y Afganistán, que atraviesan un momento crítico en 10 años de guerra.

No está claro el motivo de la matanza, pero el caso ha devuelto a la actualidad nacional el debate sobre la salud mental de los combatientes y los cuidados que reciben, ya que han sufrido índices récord de suicidios y una elevada incidencia de estrés post traumático y lesiones cerebrales durante sus repetidos destinos de combate en Irak y Afganistán.

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