Unos 50 mil estudiantes de colegios y universidades marcharon ayer por la capital chilena en el arranque de las protestas nacionales por educación gratuita y de calidad, provocando un inmediato llamado al diálogo de las autoridades.
“Estamos sorprendidos de la convocatoria”, admitió la líder estudiantil Camila Vallejo, quien encabezó siete meses de protestas en 2011, que derrumbaron el apoyo al Gobierno.
El gobierno de centro derecha del presidente Sebastián Piñera, con las elecciones municipales de octubre y los comicios presidenciales de 2013 en el horizonte, evitó cualquier crítica a los líderes juveniles. “Fueron responsables”, dijo el vocero del Ejecutivo, Andrés Chadwick, primo de Piñera. En Chile, la educación superior es paga y de costos elevados.
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