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martes, 22 de mayo de 2012

Chile no quiere ser del G20 a costa de Argentina

Chile no quiere formar del G20, el grupo que reúne a las economías avanzadas y emergentes más importantes del mundo, a costa de Argentina, aseguró en entrevista con Efe el ministro portavoz del Gobierno chileno, Andrés Chadwick.

"Obviamente, a cualquier país le gustaría integrar el G20, pero nosotros no lo queremos plantear en función de un reemplazo de Argentina porque está pasando una situación económica difícil o vulnerable el día de hoy", puntualizó Chadwick.

Días atrás, el diario The Washington Post sugirió en un editorial el reemplazo de Argentina por Chile, a raíz de la confiscación de las acciones de la compañía española Repsol en la petrolera YPF ordenada por el Gobierno de Cristina Fernández y ratificada por el Parlamento argentino.

"Eso lo tendrán que determinar otros, y Chile obviamente estará dispuesto a participar, pero no es parte de una política proactiva de Chile, porque nosotros privilegiamos nuestras relaciones con Argentina por encima de ese tipo de situaciones", aclaró el ministro secretario general del Gobierno chileno.

"Somos extraordinariamente cuidadosos en las relaciones con nuestros vecinos (...) y no es parte de nuestra política internacional incorporarnos al G20 a costa de que se elimine a Argentina", recalcó el portavoz.

"Chile tiene un anclaje internacional muy importante. En estos momentos presidimos la Alianza del Pacífico y también la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC)", destacó Chadwick.

"Estamos en una zona del mundo en la que en el pasado hemos tenido conflictos", recordó el portavoz del Ejecutivo chileno.

"En estos momentos con Perú estamos en el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya por la interpretación de los tratados internacionales y los límites marítimos, y tenemos un problema con Bolivia, que es el reclamo permanente de una salida al mar por territorio chileno".

"Y con Argentina, de múltiples problemas limítrofes que teníamos, prácticamente los hemos ido solucionando todos y solo nos quedan unas delimitaciones en Campo de Hielo Sur", subrayó el ministro Chadwick, uno de los pesos pesados del gabinete de Sebastián Piñera.

En materia de política interna, el portavoz gubernamental perdón se refirió al perdón por los errores cometidos que manifestó ayer el presidente al rendir cuentas ante el Parlamento.

"Este es un Gobierno ambicioso que quizás genera sobreexpectativas", declaró Chadwick, quien explicó que Piñera proyecta gobernar de manera diferente los otros dos años que le quedan en el poder.

Lo que el presidente pretende es dejar a Chile muy bien encaminado para que más adelante, con otro Gobierno, se convierta en el primer país desarrollado de Latinoamérica.

Para Chadwick, los compromisos asumidos por Piñera ante la ciudadanía han sido cumplidos en estos dos años que marcan el ecuador del mandado presidencial.

Entre los logros, el ministro enumera un crecimiento económico superior al 6 % y la creación de 700.000 puestos de trabajo a pesar del entorno adverso que la crisis internacional supone para una economía tan abierta como la chilena, el país con mayor número de tratados de libre comercio del mundo.

El portavoz resalta también la ley que exime a los jubilados de pagar el 7 % de las cotizaciones de salud, el permiso de maternidad extendido a seis meses y la norma que establece la inscripción automática en el registro electoral y el voto voluntario.

Para hacer frente a las demandas de los estudiantes, que exigen enseñanza gratuita y de calidad, el Gobierno destinará este año a la educación una quinta parte del gasto público y está impulsado una reforma tributaria que prevé inyectar 1.000 millones de dólares más para becas y subvenciones.

Otro de los ejes de la acción gubernamental es la erradicación de la pobreza extrema en la que viven 650.000 familias chilenas, mediante medidas como la implementación del llamado ingreso ético familiar, que garantiza por ley recursos adicionales para las familias en situación de riesgo.

Sin embargo, la popularidad del presidente Piñera está en un nivel muy bajo, con un 26 % de apoyo y un 70 % de rechazo.

Según Chadwick, la explicación está en que "Chile es hoy una sociedad mucho más exigente e impaciente" que la que les tocó a los cuatro Gobiernos de la Concertación (1990-2010).

"Esa impaciencia viene dada por el cambio a un Gobierno de signo político distinto", que generó unas grandes expectativas, y la repercusión en Chile del "movimiento de los indignados", que tuvo su traducción en las movilizaciones estudiantiles por una reforma educativa.

"Se trata de una causa social legítima, justa en muchos aspectos, y a la que el Gobierno ha sabido responder", argumenta el ministro.

A pesar de la tensión que en algunos momentos ha enfrentado al Gobierno con la oposición, Chadwick opina que "el Congreso ha sabido responder con responsabilidad a la búsqueda de acuerdos en las materias sustanciales".

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