jueves, 24 de mayo de 2012

ONU acusa al gobierno sirio de cometer la mayoría de las atrocidades

Una comisión con mandato específico del Consejo de los Derechos Humanos de la ONU acusó el jueves a las fuerzas regulares del gobierno sirio de ser responsable de la mayoría de las atrocidades cometidas en el sangriento conflicto que sacude el país desde hace 14 meses.

En un informe publicado en Ginebra, la comisión afirmó que "la mayoría de las violaciones graves (...) fue cometida por el ejército y los servicios de seguridad, en el marco de operaciones militares o de búsquedas en lugares conocidos por servir de abrigo desertores o personas armadas".

El estudio centra su preocupación en la actuación del ejército y las fuerzas de seguridad, el desplazamiento de población civil y la "negativa sistemática, en determinadas regiones, del acceso a medios básicos para la vida humana, como los alimentos, el agua y los medicamentos".

El ejército "ha empleado un enorme abanico de medios militares, incluyendo disparos de artillería pesada contra zonas civiles", afirmaron los investigadores, quienes destacaron haber recibido también informaciones sobre "grupos armados opositores al gobierno que también cometen abusos a los derechos humanos".

La comisión afirmó "poseer pruebas confirmadas que los grupos armados de la oposición utilizan regularmente a niños como correos, portadores de medicamentos y mensajes, o como cocineros en las unidades callejeras", incluyendo menores de edad que eran enviados a través de la frontera con Turquía.

Esta comisión, formada por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en agosto de 2011, aún no ha recibido autorización de Damasco para ingresar a Siria, y por ello el informe no menciona un saldo estimado global del número de víctimas.

Unos 270 observadores de la ONU se encuentran desplegados en Siria y tratan de hacer respetar el cese del fuego que entró oficialmente en vigor el 12 de abril como parte de un plan de paz elaborado por el emisario Kofi Annan, tregua sistemáticamente violada por las partes envueltas.

En tanto, sometido a un vendaval de críticas y enfrentado a las divisiones internas, el presidente del Consejo Nacional Sirio (CNS, el mayor núcleo opositor), Burhan Ghaliun, renunció a ese cargo, de acuerdo a un comunicado de ese núcleo luego de una reunión en Estambul, Turquía.

La renuncia fue aceptada por la comisión política del CNS, que sin embargo le pidió a Ghaliun que se mantenga en funciones hasta la elección de un nuevo presidente en la asamblea que se realizará el 9 y 10 de junio.

Los detractores de Ghaliun le reprochan fundamentalmente la enorme influencia de los Hermanos Musulmanes en el seno del CNS, y la falta de coordinación con los militantes en las calles de Siria.

El CNS llamó a la "comunidad internacional a actuar de forma urgente para adoptar un nuevo mecanismo (...) para forzar al régimen a poner fin a sus crimenes", y acusó al gobierno de "continuar matando en una tentativa deliberada para hacer fracasar" el plan Annan.

Este jueves, las tropas sirias mantenían el bombardeo a la ciudad de Rastan, en la provincia de Homs (en el centro del país), defendida desde hace meses por rebeldes de alta graduación en el Ejército Sirio Libre, de acuerdo con la entidad opositora Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

Según esa entidad, las tropas regulares ya rodean la ciudad prácticamente vacía de habitantes.

En tanto, en Damasco, el nuevo Parlamento surgido de las elecciones del 7 de mayo (ignoradas por parte de la comunidad internacional y boicoteadas por la oposición interna) realizaba su primera sesión para elegir un nuevo presidente.

AFP

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