martes, 26 de junio de 2012

Atribuyen triunfo de Morsi a la web y a islamismo moderado

Los Hermanos Musulmanes lograron el domingo en Egipto un hito impensable hace sólo 16 meses: la llegada de uno de sus líderes, Mohamed Morsi, a la presidencia que por varias décadas estuvo bajo el mando de la dictadura de Hosni Mubarak y sus aliados militares que proscribieron a los partidos de tinte religioso.

Más allá de lo ideológico, analistas coinciden en que las redes sociales cumplieron un papel decisivo, al amplificar la llegada del mensaje de islamismo moderado a un sector clave en las movilizaciones que derrocaron a Mubarak y, por consiguiente, determinante en las urnas.

“La victoria de Morsi es el triunfo de un aparato enraizado en todas las clases sociales del país gracias a las redes sociales”, escribió el periodista Francisco Carrión en las páginas del diario español El Mundo.

Según el analista egipcio Jalil al Anani, “como nunca antes en la historia de este país, los Hermanos Musulmanes supieron utilizar un recurso tecnológico para captar la atención de millones de personas. Ni siquiera el aparato de Inteligencia de los militares pudo controlar la efervescencia de la campaña electoral en Facebook y Twitter”.

Aunque la organización no abandonó su programa ultraconservador ni su lema “El islam es la solución”, fue evidente su apertura y moderación pragmática, traducida en el uso de nuevas tecnologías o en la inclusión de la mujer, algo aún impensado para los islamistas radicales.

“Ahora aceptamos la democracia y el capitalismo siempre que no contravengan los principios del islam. Queremos un Estado moderno con referencias islámicas, donde exista el multipartidismo, la alternancia de poder y el respeto de los derechos humanos”, explica el dirigente del movimiento Mohamed el Beltagui.

Incluso cabe la posibilidad de aplicar la sharia (ley islámica), con matices de modernismo, después de que Mubarak la prohibiera durante 30 años.

El papel de los jóvenes

Pero la victoria de Morsi no podría explicarse sin la participación masiva de la juventud. El domingo, tras conocerse los resultados oficiales, la emblemática plaza Tahrir (Libertad) de El Cairo acogió a miles de almas jóvenes que celebraron donde hace poco más de un año protestaban.

“Me das la libertad y me quito las esposas de las manos”, recitaba Hasan Farag, agitando una bandera egipcia. “Egipto ya es un país islámico”, sostuvo después Sahat Thalad, un doctor de 29 años en cuya retina aún están los fotogramas de los 18 días de revueltas en los que una bala le cruzó la mano.

“Tuve que gastar todos mis ahorros en operaciones en el extranjero y aquí estoy celebrando la caída del antiguo régimen”, confesó. A su juicio, no hay lugar para el miedo a los Hermanos Musulmanes.

“Durante los últimos 60 años nos gobernaron antiislamistas y fueron terribles. Es el triunfo de los jóvenes. La victoria de la Primavera Egipcia”, concluyó Thalad en una entrevista a Radio Francia Internacional.

Egipto, hoy
Mubarak El ex presidente se caracterizó por su funcionalidad a los intereses occidentales. Prácticamente proscribió el islamismo.


Israel Los diarios israelíes expresaron ayer unánimemente su inquietud por la nueva situación en la región después de la victoria electoral de Mohamed Mursi, de los Hermanos Musulmanes.


Ejército La Junta Militar dijo respetar los resultados.

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