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jueves, 28 de junio de 2012

Lugo irá a tribunales pero no quiere sanciones para su país

Fernando Lugo, destituido como presidente paraguayo el pasado viernes, afirmó ayer que no apoya que el Mercosur, el bloque que su país conforma con Argentina, Brasil y Uruguay, imponga sanciones económicas a Paraguay y admitió que aunque llevará su caso ante cortes internacionales, tiene pocas esperanzas de volver al poder.

“Esta mañana he tenido una reunión con un grupo de campesinos que venden piñas y mandioca, y yo no querría que los más olvidados, a quienes hemos privilegiado en nuestro Gobierno, sean también perjudicados con una sanción económica”, dijo Lugo.

Sin embargo, se mostró partidario de que la clase política de su país reciba “un llamado de atención” de la comunidad internacional.

Los países del Mercado Común del Sur (Mercosur) se reunirán hoy en Mendoza (Argentina) para analizar la crisis en Paraguay en una cumbre a la que esta nación sudamericana no puede acudir porque su participación fue suspendida por los otros estados parte.

También en Mendoza y el mismo día se celebrará una cumbre extraordinaria de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) -que acoge a casi todos los países de la región- para tratar del caso de Paraguay. Lugo recalcó que lo sucedido en su país “no pasó desapercibido en ningún organismo internacional ni nacional”.

Según el ex presidente, su ausencia en la Cumbre del Mercosur, a la que estaba invitado tras haber sido su sucesor Federico Franco, “es para no influenciar ni hacer que nadie se sienta comprometido con el proceso paraguayo”.

Los cancilleres del Mercosur y sus países asociados suscribirán un documento que incluirá una dura condena a la destitución de Lugo y que luego será presentada a los presidentes, aunque se descarta la aprobación unánime, según confió ayer una fuente a la agencia AFP.

No obstante, Paraguay no recibirá sanciones económicas por parte del Mercosur, que absorbe el 55% de las exportaciones de ese país, según la misma fuente.

Procesos

Respecto a su situación y debido a que fue elegido presidente en comicios democráticos, Lugo, un ex sacerdote de 61 años, sostuvo que “la última palabra no está dicha” y que uno de sus últimos recursos es “pelear” en el exterior. “Vamos a demandar al hecho que ocurrió el viernes pasado, si es posible, en estrados judiciales a nivel internacional”, anunció.

Rodeado de sus más cercanos colaboradores, muchos de ellos ex ministros que le acompañaron hasta su repentina salida del poder, el ex Jefe de Estado adelantó también que nunca vislumbró que no completaría su gestión ni tampoco el momento ni la forma en que concluyó.

Lugo, sucedido el día 22 por su vicepresidente Federico Franco, del Partido Liberal, tras ser considerado “culpable” de mal desempeño en sus funciones, admitió haber sentido más cercana esa posibilidad en el ecuador de su mandato de cinco años, iniciado en 2008, cuando “la clase política consideraba que yo no tenía en cuenta a los partidos, sino que quería gobernar solamente con grupos sociales, campesinos, obreros”.

Proyecto Franco
Obras El Jefe del Estado instó a apurar las aprobaciones de proyectos de Obras Públicas, cuya ejecución cifró en sólo el 0,56%.


Desarrollo Franco enfatizó las negociaciones “bastante avanzadas” con la multinacional Río Tinto para levantar una planta de fundición de aluminio en el este de Paraguay.


Calificación La agencia calificadora de riesgo Moody's anunció que mantiene la calificación B1 para Paraguay, pero advirtió que podría bajarla si se profundiza la crisis.


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