jueves, 20 de septiembre de 2012

Colombia es el país más difícil para ser niño en América Latina


En Colombia matan a tres niños por día; más de un millón trabaja, los grupos armados ilegales los reclutan en números cada vez mayores y es alarmante tanto el maltrato que reciben en sus hogares como la cifra de menores homicidas y delincuentes. Este diagnóstico demuestra que se trata del país de América Latina más difícil para ser niño.

Un informe de la Agencia de Periodismo Aliado de la Niñez, el Desarrollo Social y la Investigación (PANDI) pone en cifras una realidad dramática: en 2011 mataron a 1.177 niños, niñas y adolescentes. En los cuatro primeros meses del presente año, fueron 342 los que perdieron la vida, el 60% de ellos en las principales ciudades del país, con Cali a la cabeza.

Para muchos de esos pequeños y para los 19.617 que el año pasado sufrieron malos tratos y agresiones sexuales, sus hogares son el campo de batalla y sus padres y parientes cercanos, sus verdugos. Las niñas entre los diez y 14 años son las principales víctimas, con 7.304 registros.

“Muchos de los casos de ese tipo se registran en las ciudades, porque en el campo, por la dificultad de acceder a las autoridades y por miedo, apenas denuncian pese a que la violación de los derechos de los niños es una constante”, escribe la periodista Salud Hernández-Mora del diario español El País.

Pequeños guerrilleros

En cuanto a reclutamiento, un reciente estudio del ICBF (Instituto Colombiano de Bienestar Familiar), realizado a lo largo de cuatro años, indica que son alrededor de 18.000 los que se enlistan en guerrillas y bandas criminales mafiosas en una edad promedio de 12 años.

Un 57% son varones, pero tanto ellos como las chicas soportan maltratos permanentes.

Un 98% dijo haber sufrido torturas y forzado a presenciar y ejecutar atrocidades como parte de su entrenamiento, además de las que luego seguirán padeciendo en su trajín cotidiano.

La miseria en las áreas rurales, los maltratos en las familias y el que la economía ilícita sea la fuente principal de riqueza en buena parte de ellas, así como que las FARC, el ELN y BACRIM tengan una presencia predominante en dichos lugares, son elementos que inciden en el reclutamiento de los menores de edad. En ocasiones los enrolan a la fuerza, pero también muchos se incorporan a los grupos irregulares de manera voluntaria para escapar de un entorno hostil que les amarga la vida.

Tampoco llevan la existencia que merecen los pequeños que deben trabajar en diversos oficios para ayudar a sus familias.

A pesar de las campañas intensas del Gobierno para evitar que trabajen, el número creció un 39,5% el año pasado, hasta alcanzar los 1,47 millones de menores, conforme a la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil que presentaron hace unos días el ICBF y la DANE (Dirección Nacional Estadística). Del total señalado, un 23% de menores que tienen edades entre los cinco y los 17 años no asisten a clase por el trabajo y más de la mitad del total -un 57%- no recibe remuneración alguna. Para los expertos, esta realidad pone de manifiesto la falencia del Estado en materia de atención a los menores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario