Benjamín Netanyahu, el primer ministro israelí, no se da por vencido. A pesar de que tanto la comunidad internacional, con Washington a la cabeza, como los expertos israelíes desaconsejan un ataque a Irán en los próximos meses, el Presidente de este país se ha dirigido a los televidentes en Estados Unidos para decirles que sólo faltan seis o siete meses para que el régimen de Teherán termine de construir una bomba atómica y ha considerado urgente que el presidente de EEUU, Barack Obama, establezca lo que él llama “líneas rojas”, fijando un ultimátum en el desarrollo del programa nuclear iraní, que de traspasarse, provocaría un ataque conjunto israelo-estadounidense.
La Administración estadounidense ha insistido en que no tiene intención alguna de secundar la estrategia de las llamadas líneas rojas, al tiempo que no ha ocultado su enfado ante la insistencia israelí en un tema tan delicado, en periodo electoral.
El general Mohamad Ali Yafari, comandante del Cuerpo de Guardianes de la Revolución de Irán, afirmó que las fuerzas iraníes no serán las primeras en iniciar una agresión, sin embargo, agregó que “si Israel nos ataca, no quedará nada de Israel”.
“No precisamos actuar con antelación considerando nuestra capacidad. La capacidad de reacción de Irán es muy alta”.
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