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domingo, 14 de octubre de 2012

Duelo de damas

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EFE/Tannen Maury.
EFE/Tannen Maury.
Michelle Obama presenta al presidente estadounidense, Barack Obama, el pasado 6 de septiembre de 2012, cuando aceptó la nominación para un nuevo período.
Michelle Obama y Ann Romney forman parte de los activos más valiosos de las campañas electorales de sus maridos. Las dos comparten, aunque por separado, un objetivo común: ayudar a sus esposos, el presidente Barack Obama y el candidato conservador Mitt Romney, respectivamente, a conseguir la Casa Blanca, desde donde uno de ellos dirigirá los designios de Estados Unidos en los próximos cuatro años.

Ninguna de las dos se presenta a las elecciones presidenciales que llevarán a las urnas a los estadounidenses el próximo 6 de noviembre, pero sus opiniones cuentan para muchos votantes y son, en los dos casos, preciosos activos para los dos candidatos, el demócrata que quiere revalidar su presencia en el Despacho Oval y el republicano que busca ocupar el mayor centro de poder del mundo.

Michelle o Ann, cualquiera de ellas, puede ser, en realidad, la persona no electa con más influencia sobre el Presidente de Estados Unidos, a menudo descrito como uno de los hombres más influyentes del mundo, si no el que más.

“Se llevan dos por el precio de uno”. Y es que no puede ser más cierta esa ya legendaria frase, que en su día sonó de alguna manera políticamente incorrecta y que fue pronunciada en los 90 por otra personalidad que después sería primera dama, la hoy secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, durante la campaña electoral que enfrentó a su esposo Bill Clinton con el entonces presidente republicano George W. Bush.

Las diferencias

Los orígenes de Ann Romney y Michelle Obama no pueden ser más distintos. Michelle es una afroamericana de 48 años, abogada de profesión y nacida en Chicago (Illinois), en el seno de una familia de clase trabajadora y acostumbrada a luchar para convertir en realidad sus objetivos.

Ann, blanca y de 63 años, es de clase acomodada, siempre fue ama de casa y desde 2003 hasta 2007 primera dama de Massachusetts, el estado donde el mormón Mitt Romney fue gobernador. Estudió en la universidad de Brigham Young, en Utah, cursó un semestre en la de Grenoble (Francia) y es diplomada en francés.

Ambas son madres; en el caso de la actual primera dama, de dos niñas, Sasha y Malia, en plena adolescencia; mientras que Romney es madre de cinco varones y abuela de 18 nietos.

Michelle Obama dedicó buena parte de su carrera profesional al trabajo en favor de las comunidades en su Chicago natal, donde primero fue comisionada adjunta de la alcaldía para planificación y desarrollo, después directora de un programa que prepara a los jóvenes para ser funcionarios, y a continuación trabajó en la universidad de Chicago en esa misma área en un puesto de alta dirección.

Ann Romney, sin embargo, nunca trabajó fuera del hogar y siempre se ha dedicado a ser ama de casa, aunque también ha estado muy involucrada en la política, hasta el punto de que en 1977 ganó las elecciones como representante municipal en Belmont (Massachusetts).

Preocupadas por la salud

Desde su página web de la Casa Blanca, Michelle se define como “la hija de Fraser y Marian Robinson”, y eso por delante de ser “madre, esposa, abogada o estar al servicio público”, a lo que añade una formación “producto de las escuelas públicas de Chicago”.

Los Robinson, junto a sus hijos Michelle y Craig, vivieron como una familia trabajadora más del sur de Chicago, con el padre trabajando como funcionario del departamento de agua de la ciudad y que, pese a haber sido diagnosticado de esclerosis múltiple desde joven, “nunca perdió un día de trabajo”, según la web de la Casa Blanca.

Edward y Lois Davis, los padres de Ann y de otros dos varones más, disfrutaron de una posición más acomodada, ya que el padre fue cofundador de Jared Industries, una empresa dedicada a la maquinaria pesada en su estado natal de Michigan.

Su época más difícil llegó por una enfermedad, pues la esposa de Romney fue diagnosticada de esclerosis múltiple en 1998. Después de una difícil etapa para la familia y de un intensivo tratamiento médico, decidió incluir entre sus terapias la reflexología y la acupuntura para contrarrestar los efectos secundarios de los fármacos tradicionales.

Ann Romney, que también tuvo que luchar contra un cáncer de mama, pertenece a la Sociedad Nacional contra la Esclerosis Múltiple de Nueva Inglaterra.

La salud es también uno de los aspectos que más preocupa a la actual primera dama y que la ha llevado a liderar, desde los jardines de la Casa Blanca, una campaña para concienciar a los estadounidenses de que sus niños necesitan llevar una alimentación más sana y equilibrada, con más ejercicio físico, para luchar contra la obesidad, una enfermedad que es epidemia en Estados Unidos tanto entre la infancia como en los adultos.

Junto al líder

A Ann Romney la prensa estadounidense le da directamente el sobrenombre de “la estabilizadora de Mitt”. Transmite una imagen de mayor calidez y cercanía que su esposo, al que los medios estadounidenses critican de ser lo contrario.

Esa cualidad de cercanía le ha valido ya múltiples artículos de prensa, entre ellos uno del prestigioso The Washington Post que señala a Ann como “un tremendo activo” en la campaña de su esposo, que si llega a conquistar la Casa Blanca será el primer mormón (religión a la que Ann se convirtió) en lograrlo.

Desde uno de los blogs del diario washingtoniano se recomendaba a Ann Romney fijarse en los aspectos positivos que durante la presidencia de Obama ha desarrollado Michelle, y entre ellos el muy importante de “no hacer daño” y el de “mantenerse lejos de la política”.

Para muchos en Estados Unidos la manera en que Michelle Obama ha gestionado su posición de primera dama es casi de manual y una referencia para muchas otras que en el futuro ocupen ese importante puesto.

Una de las características que han sobresalido de Michelle. además de ser una mujer de firmes convicciones, es el haberse mantenido equidistante del entorno político de su marido, cualquiera que sea su color político, y sobre todo hablar de Barack como persona, padre y compañero, más que del político o de sus estrategias de campaña.

Ann Romney también se encargó de presentar el perfil más humano de su marido durante la Convención Nacional Republicana que se celebró en Tampa (Florida), a finales de agosto, y en la que cosechó más aplausos y entusiasmo que su esposo (EFE Reportajes).

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