El ministro de Defensa colombiano, Juan Carlos Pinzón, anunció que mantendrá la ofensiva militar contra la guerrilla, mientras amplios sectores nacionales e internacionales demandan un cese al fuego en medio del actual proceso de paz.
Cualquier ajuste que se haga a la doctrina de las Fuerzas Armadas será para sumar más efectivos, dijo el funcionario tras anunciar que se incrementará el número de hombres, equipos y armamento de la fuerza pública.
Su discurso contrasta, según consenso, con la posición de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), que plantearon un alto en las acciones militares, previo a las conversaciones con el Gobierno en busca de una solución negociada del conflicto armado que dura ya casi medio siglo.
También lo reiteraron durante la instalación de la mesa oficial de diálogo en Oslo, Noruega, el jueves, y en una reciente carta del máximo líder de las FARC-EP, Timoleón Jiménez, en respuesta a una misiva del movimiento Colombianos y Colombianas por la Paz, fechada el 18 de octubre y difundida aquí la víspera.
“Valoramos con interés la propuesta de cese bilateral al fuego y hostilidades, y manifestamos nuestra disposición de discutir con el Gobierno las condiciones en que podría darse”, puntualizó Jiménez.
Vastas capas de la población colombiana —en especial aquellas zonas más castigadas por el impacto del conflicto armado—, así como organizaciones, gremios sindicales e incluso entes institucionales y gubernamentales abogan aquí por un alto el fuego.
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