lunes, 12 de noviembre de 2012

Paula Broadwell, la ambiciosa mujer detrás del escándalo Petraeus

Brillante, elegante, segura de sí y ambiciosa: Paula Broadwell parecía tenerlo todo hasta que su
relación adúltera con el director de la CIA, David Petraeus, provocó el escándalo y la renuncia
del héroe de la guerra en Irak.
Esta mujer alta y delgada de 40 años y curriculum impecable, casada con un radiólogo y
madre de dos hijos, es una exmayor del Ejército estadounidense, graduada de Harvard y de la
Academia Militar de West Point y convertida en experta en la lucha contra el terrorismo.
Fue al escribir la biografía del Petraeus, uno de los generales estadounidenses más
prestigiosos de la historia reciente, que se involucró en un romance que terminaría causando
la caída del encumbrado militar y manchando su propia reputación.
Tras conocerse el romance, muchos se preguntan cuál era la verdadera naturaleza de su
relación con Petraeus. ¿Por qué Broadwell le envió correos electrónicos amenazantes a una
segunda mujer, a quien habría visto como una rival potencial, según los medios de
comunicación estadounidenses?
"Pasión. Intensidad. Perspicacia. Tres palabras sencillas que reflejan sólo parcialmente la
complejidad de Paula Kranz, graduada en 1991", escribió un antiguo compañero de Broadwell
en la escuela secundaria en Bismarck (Dakota del Norte, norte) en el sitio web de la institución.
La joven Paula era una apasionada del arte de la guerra y la resolución de conflictos, primero
en la prestigiosa academia militar de West Point, y luego en la también destacada Universidad
de Harvard, donde estudió administración pública.
En 2006, el general Petraeus estuvo en Harvard para dar una charla a los estudiantes. La
audaz Paula no dejó pasar la oportunidad.
"Me presenté al entonces teniente general Petraeus y le hablé de mis temas de
investigación", escribió Broadwell en la biografía del general de cuatro estrellas: "All In: The
Education of General Petraeus" (no traducido), un éxito de ventas en Estados Unidos desde su
lanzamiento a principios de 2012.
El oficial le dio entonces su tarjeta y le ofreció ponerla en contacto con otros investigadores,
según el Washington Post.
Dos años más tarde, Broadwell decidió centrar su investigación en el estilo de mando del
general, antes de embarcarse a co‐escribir su biografía. Multiplicó las entrevistas, a veces
viajando a bordo del avión de Petraeus, y pasó un año en Afganistán.
"Encontré que su relación con él era desconcertante", testificó un excolaborador del general,
citado por el diario.
Otros en cambio se sorprendieron de que una mujer como Paula Broadwell pudiera
mantener una relación adúltera con Petraeus.
"Paula Broadwell no es el tipo, realmente no", declaró David Bixler, un soldado que la
conoció a través de una fundación benéfica.
En su perfil de LinkedIn, esta mujer, quien celebró su cumpleaños número 40 el viernes
pasado, menciona variados intereses: kayak, pesas, kick‐boxing, triatlón, pero también catas
de vino y cocina.
Broadwell, que vive en Charlotte (Carolina del Norte, este) con su familia, no ha aparecido en
público desde que estalló el escándalo, provocando la sensacional dimisión del general
Petraeus el viernes. El militar, casado desde hace 37 años, reconoció "una enorme falta de
juicio" al involucrarse en una relación extramarital.
Irónicamente, el último artículo de Broadwell publicado en Newsweek hace unos días, se
titula "Las reglas de vida del general David Petraeus".
"Todos cometemos errores", indica una de estas reglas. "Lo importante es reconocerlos y
admitirlos, aprender, dejar de mirar en el espejo retrovisor, continuar el viaje y evitar
repetirlos".
La carrera de la ambiciosa Broadwell también podría verse frenada. Un medio de prensa
estadounidense no ha dudado en bautizarla la "Lewinsky del Pentágono", en referencia a la
exbecaria de la Casa Blanca, Monica Lewinsky, quien mantuvo una relación sexual con el
expresidente Bill Clinton.

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