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sábado, 24 de noviembre de 2012

Presidente egipcio blinda su poder e irrita al pueblo

Decenas de miles de personas se echaron ayer a las calles en El Cairo y otras ciudades egipcias para protestar contra la decisión del presidente de Egipto, Mohamed Mursi, de blindarse ante la justicia, una medida que este defendió en un discurso ante sus fieles.

La controvertida declaración constitucional anunciada el jueves, por la que todas las decisiones presidenciales quedan fuera del escrutinio judicial, empujó a los grupos de la oposición no islamista y a asociaciones de la sociedad civil a convocar protestas que en algunos casos tuvieron derivas violentas.

Choque entre policías y revolucionarios. Jóvenes manifestantes incendiaron sedes del islamista Partido Libertad y Justicia, que presidió Mursi, en las ciudades de Alejandría, Suez o Ismailiya.

La mayor concentración, en la emblemática plaza Tahrir de El Cairo, transcurrió de manera relativamente pacífica, aunque también se registraron algunos choques entre la Policía y revolucionarios, que lanzaron piedras hacia las fuerzas de seguridad que custodiaban las cámaras del Parlamento.

Según dijeron fuentes de la seguridad egipcia, más de 200 personas resultaron heridas durante la jornada en El Cairo y otras 70 en Alejandría.

Mursi defiende sus medidas. No muy lejos de Tahrir, junto al Palacio Presidencial, Mursi aparecía en público por primera vez desde que dictó su decreto, rodeado por los más fieles y subido a un escenario montado por su antiguo partido.

Allí, defendió que nunca ha sido su intención la de acumular poderes, pero que si ve al país en peligro "hará lo que sea necesario" con el objetivo, dijo, de conseguir la estabilidad política, económica y social.

En su declaración presidencial, Mursi también decretó que la Asamblea Constituyente y la Cámara Alta no pueden ser disueltas por los tribunales.

Detalles
Mursi, con el poder necesario para hacer justicia

Ley. Las declaraciones constitucionales, leyes y resoluciones aprobadas por el presidente son definitivas y no pueden ser apeladas. Asimismo, quedan extinguidos todos los procesos relacionados con las decisiones del presidente.

Amenaza. El presidente Mohamed Mursi, en caso de amenaza a la revolución, a la unidad nacional o a la seguridad de la nación, podrá tomar todas las medidas que vea necesarias para hacer frente a esa amenaza.

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