viernes, 22 de febrero de 2013

Ola de atentados en Siria provoca al menos 59 muertos

Al menos 59 personas, en su mayor parte civiles, murieron ayer en Damasco en un atentado suicida con coche bomba, el más sangriento en la capital siria desde el inicio de la rebelión contra el régimen de Bashar Al Asad en marzo de 2011.

El régimen sirio acusó a grupos “terroristas” relacionados con la red Al Qaeda de haber perpetrado el atentado.

El ministerio señaló que el apoyo a esos grupos es “contrario a la ley internacional y las resoluciones de NNUU en materia de lucha contra el terrorismo”.

El atentado fue seguido por dos disparos de mortero contra la sede del Estado Mayor en el barrio de los Omeyas en Damasco, dos días después de la caída de un obús cerca del palacio presidencial, por primera vez desde el inicio del conflicto, hace cerca de dos años.

Como parte de la ola de atentados, en el suburbio de Barze estallaron otros dos coches bomba, aunque se desconoce si hubo víctimas.

Aparte de los 59 muertos, otras 200 personas resultaron heridas en el potente atentado.

Muchos de los heridos se hallan en estado grave, por lo que puede aumentar la cifra de fallecidos en la explosión registrada en la plaza Shahbandar, cerca de una sede del partido gubernamental Baaz.

Entre los heridos figuran estudiantes y otros civiles que se encontraban en ese momento en esa zona, densamente poblada.

El coche bomba, que estalló en una zona próxima a una escuela y a una estación de buses, produjo grandes daños materiales y decenas de vehículos resultaron calcinados.

Los morteros que impactaron contra la sede del Estado Mayor de la Defensa y de la Comandancia General del Ejército, en la céntrica plaza de los Omeya, no causaron víctimas mortales.

La sede militar se encontraba en proceso de restauración luego de haber sido objetivo de dos ataques en septiembre del año pasado. Los morteros de ayer causaron nuevos daños.

La agencia oficial de noticias Sana atribuyó la acción a grupos “terroristas”, expresión usada contra los opositores.

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