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sábado, 9 de marzo de 2013

El último homenaje a Hugo Chávez

¡Chávez vive, la lucha sigue!, ¡Queremos ver a Chávez!, clamaban las miles de personas congregadas en las inmediaciones de la Academia Militar de Caracas, sede de los funerales de Estado del Presidente de Venezuela.

En el interior, la capilla ardiente estaba colapsada por la presencia de delegaciones de 54 países, incluidos la mayoría de líderes de América Latina y del Caribe y el iraní Mahmud Ahmadineyad, que participaron en el solemne homenaje al Mandatario que ejerció el poder 14 años.

Tras la ceremonia, que duró tres horas y que incluyó la actuación de grupos musicales y de la Orquesta Simón Bolívar, dirigida por el maestro Gustavo Dudamel, el presidente encargado, Nicolás Maduro, pronunció un emotivo discurso. Maduro prometió lealtad a Chávez “más allá de la muerte” y reivindicó el legado del líder en pro del pueblo venezolano y de la identidad de América Latina, considerando a la vez que fue el líder “más vilipendiado” de la comunidad internacional en los últimos 200 años.

El líder cubano, Raúl Castro, quien junto a su hermano Fidel fueron grandes aliados del fallecido Mandatario, y los controvertidos presidentes iraní y bielorruso, Alexander Lukashenko, estuvieron sentados al lado de Maduro y de su compañera sentimental, la procuradora general Cilia Flores.

También, frente al féretro cerrado y cubierto por la bandera venezolana, estaba la madre de Chávez, Elena Frías, con el rostro desencajado por el dolor, y el resto de la familia del fallecido Mandatario, como sus tres hijas, que ocultaban sus lágrimas tras gafas oscuras, describe AFP.

Todos los jefes de Estado y de gobierno, empezando por los latinoamericanos, formaron por grupos solemnes guardias de honor alrededor del ataúd, coronado por un retrato de Chávez acariciando un Cristo en la cruz.

Junto a su hijo menor, Alexander Lukashenko posó sus manos sobre el féretro, mientras el iraní lo besó. Ambos lloraron.

Al inicio de la ceremonia, tras hacer sonar el Himno Nacional bajo la batuta del célebre maestro venezolano Gustavo Dudamel, director de la filarmónica de Los Ángeles, Maduro se acercó a los pies del ataúd y asió una réplica dorada de la espada de Simón Bolívar, para desenfundarla y colocarla sobre el féretro de Chávez.

“Alerta, Alerta” “¡Alerta, alerta, que camina la espada de Bolívar por América Latina!”, lanzaron los asistentes, un histórico lema que ya los chavistas cambiaron por “¡Alerta, alerta, que camina el corazón de Chávez por América Latina!”. La espada del Libertador fue luego entregada a su familia.

Durante la ceremonia se ofició una misa y fue interpretado un repertorio de canciones típicas de los llanos venezolanos, de donde era oriundo el Mandatario, quien solía cantarlas en sus intervenciones televisadas.

El cuerpo de Chávez no recibirá sepultura, sino que será exhibido durante al menos seis días más, ante la enorme afluencia de venezolanos a la capilla ardiente, y será embalsamado para reposar en un museo caraqueño, instalado en el que fuera su cuartel general en el fallido golpe de Estado en 1992.

Todos los presidentes latinoamericanos, salvo el paraguayo Federico Franco -excluido de los organismos regionales-, llegaron a Caracas para participar en los homenajes a Chávez.

Sin embargo, la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, que llegó pocas horas después de que su muerte fuera anunciada, y la brasileña Dilma Rousseff, que estuvo el jueves en la capilla ardiente, partieron horas antes de los funerales.

Estados Unidos, considerado un adversario por Caracas, participó con una delegación de bajo rango.

El presidente de Bolivia, Evo Morales, quien ocupó un asiento al lado de su homólogo chileno, Sebastián Piñera, dijo luego de la ceremonia que “el mejor homenaje que los gobernantes y seguidores de Hugo Chávez le pueden hacer es seguir el camino que dejó trazado”.

“Nos trazó caminos y nuestra obligación es seguir caminándolos”, subrayó en declaraciones a la televisión estatal de Venezuela en el aeropuerto que sirve a Caracas, momentos antes de emprender el regreso a La Paz.

Morales, uno de los más estrechos aliados del Presidente venezolano, dijo que esos caminos son “la lucha contra el imperialismo y el capitalismo”.

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