viernes, 21 de junio de 2013

Paulistas sufren una odisea para movilizarse en la ciudad

Cualquier visitante que se suba a un bus de la mayoría de las ciudades de Brasil entenderá el enfado de las miles de personas que salieron a las calles en el país en las últimas semanas, inicialmente para rechazar el pagar más por un servicio que es insuficiente, malo e inseguro.

Las autoridades de San Pablo, donde se originaron las protestas, de Río de Janeiro y de multitud de otras localidades se echaron atrás el jueves sobre esa subida, que fue la gota que colmó el vaso para millones de brasileños que ven pasar la vida por la ventana del transporte colectivo.

Lo puede constatar, por ejemplo, Rubens Rugani, de 24 años, que tarda por lo menos una hora en recorrer tan sólo 11 kilómetros hasta su trabajo en el centro de San Pablo, ello con tránsito normal, es decir, sin accidentes o sin la lluvia que en el verano llega prácticamente todas las tardes.

Rubens Rugani, que gasta un 30% de su sueldo en ir a trabajar, vive en el Barrio Freguesía do O, que pese a ser uno de los más antiguos de la ciudad carece de una línea de metro.

El propio alcalde de San Pablo, Fernando Haddad, reconoció que la velocidad media de los buses de la ciudad cayó a la mitad en los últimos años por la falta de inversión por parte de sus antecesores en corredores exclusivos en las avenidas principales.

La urbe tiene uno de los tránsitos más caóticos del mundo, que hace que sea común que las personas tarden dos horas en llegar a sus casas en el bus, pese a que al mismo tiempo el valor del transporte está consignado entre los más altos del continente.

Los billetes cuestan tres reales (unos 1,36 dólares), mientras que el salario mínimo es de 678 reales (unos 339 dólares).

La red de metro, con poco más de 74 kilómetros, es considerada insuficiente para atender la demanda de una población de más de 11 millones, más los municipios adyacentes. Ese caótico sistema tiene un costo. Los perjuicios suman 12.000 millones de dólares al año en accidentes y problemas de salud. (EFE)

Transporte Brasil
Ciclovías La ciudad de San Pablo tiene sólo 64 kilómetros de ciclovías fijas y los ciclistas arriesgan literalmente la vida en las calles. Según los últimos datos disponibles de la Secretaría de Salud del Estado de San Pablo, 286 personas en bicicleta murieron en 2011.


Mal servicio El transporte público no garantiza la seguridad de quienes lo usan. En abril, una pelea entre un pasajero y el conductor de un bus en Río de Janeiro provocó la caída del vehículo desde un viaducto a una de las avenidas más transitadas, dejando siete muertos y nueve heridos.


Accidentes De acuerdo a Folha de Sao Paulo, se registran cinco accidentes por hora.

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