lunes, 15 de julio de 2013

Cuando la economía china estornuda el mundo se resfría

El freno en el crecimiento económico de China tiene un efecto dominó en el resto del mundo que se pregunta si Pekín logrará forjar un crecimiento equilibrado.

La nueva señal del debilitamiento de la economía china son las crifras de crecimiento del PIB del gigante asiático que registró 7,5% en el segundo trimestre contra 7,7 en el primero, según las estadísticas publicadas este lunes que dejan planear la duda sobre el objetivo oficial de un crecimiento anual de 7,5%.

En las Bolsas, que observan la publicación de las estadísticas chinas casi con tanto interés como las estadounidenses, los inversores se mostraron aliviados luego de la publicación de este dato conforme a las expectativas. Pero sin embargo el crecimiento inquieta.

La reacción positiva de los mercados sólo subraya, según Craig Erlam, analista de Alpari, "la visión pesimista que los inversores tienen de China en la actualidad".

Ya que para muchos --desde los proveedores de petróleo, acero o cobre hasta los fabricantes de automóviles o maquinaria--, el gigante asiático, que es además la "fábrica" del mundo, es uno de los principales motores del crecimiento de los países desarrollados así como de los emergentes.

"La desaceleración de China tiene un impacto creciente en las naciones vecinas en Asia (...) la caída en la demanda china, en particular en materias primas, pesa no sólo en las economías emergentes sino también en las economías maduras como Australia", comentó a la AFP Ishaq Siddiqi, analista de ETX Capital.

Quien dice desaceleración económica dice también reducción de la inversión directa china en el extranjero, lo que tiene repercusiones tanto en Taiwán como en los países desarrollados, analiza Siddiqi.

Andreas Rees, del banco italiano UniCredit, que toma el ejemplo particular de Alemania, gran exportador de maquinarias u automóviles hacia China, observa por su lado que "la desaceleración de China no tiene sólo un efecto en las empresas alemanas de manera bilateral sino también a través de un 'efecto' dominó".

"Las exportaciones de una multitud de países podrían verse afectadas, lo que alcanzaría a la economía alemana de rebote", estimó el economista.

Al publicar sus perspectivas económicas mundiales la semana pasada, el Fondo Monetario Internacional (FMI) había advertido contra el riesgo "cada vez mayor" del freno del crecimiento en los países emergentes como China sobre la reactivación económica mundial.

Aunque era evidente que China no podía crecer durante años a este ritmo sin riesgos de recalentamiento nocivo para el conjunto de la economía mundial, el tema que agita ahora al planeta económico es saber si Pekín logrará forjar un crecimiento equilibrado.

"Frente a una inflación en leve alza, el gobierno, que también desea detener el sistema bancario paralelo (shadow banking), no parece dispuesto a reaccionar a la amenaza de un crecimiento más débil a través de medidas masivas de apoyo", según Rabobank.

La nueva dirección china hace alarde de su voluntad de poner el acento en el consumo interno en vez de la exportaciones o las inversiones, motores actuales del crecimiento chino.

"China gastó mucho dinero en infraestructuras improductivas que fueron poco utilizadas y llegó el momento para el país de limitar sus gastos excesivos e intentar reactivar la economía sobre la base de fundamentos más sólidos y concentrándose en el consumo antes que la inversión", estimó Ishaq Siddiqi de ETX Capital para quien esta desaceleración del crecimiento chino era por ende "necesaria".

Ya que "mientras que la inversión siga siendo el motor principal, los desequilibrios (económicos) chinos continuarán agravándose", añaden los economistas de Capital Economics.

Pero "será un camino largo plagado de obstáculos con riesgos sustanciales a largo plazo y problemas cíclicos dolorosos a corto plazo", advierten los de UniCredit.

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