domingo, 7 de julio de 2013

Mandela coraje y sida

VALOR | MANDELA DESAFIÓ EL ESTIGMA CUANDO DIJO QUE LA ENFERMEDAD QUE MATÓ A SU HIJO ERA EL SIDA.

"Anuncio que mi hijo ha muerto de sida”, dijo Nelson Mandela en enero de 2005, durante una conferencia de prensa a la que se presentó con los ojos húmedos y la voz entrecortada. Nuevamente el ex presidente de Sudáfrica, líder de una revolución que le costó 27 años en la cárcel, que sacó a su pueblo de un régimen racista y unió a un país que parecía nunca se uniría, daba una muestra de extraordinario heroísmo al declarar públicamente que un hijo suyo había muerto por una enfermedad considerada tabú aún en el país más afectado en el mundo, donde una de cada ocho personas en edad de trabajar está infectada por el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH).

Mandela hizo esta declaración justo cuando su predecesor en la presidencia de Sudáfrica, Thabo Mbeki, estaba enfrascado en negar que el VIH tuviera relación con el sida, ni que el sida fuese el causante de la debacle en salud que sufría la nación. Mbeki había llegado incluso a detener el suministro de antiretrovirales a los hospitales públicos porque aseguraba que todo era un negociado de las farmacéuticas para lucrar con la salud de los pacientes.

LA OTRA LUCHA DE MANDELA

Pese a las evidencias, el ex presidente Thabo Mbeki, continúa pensando como hace años cuando se declaró un "disidente del sida", y reconoce que lamenta haber bajado la cabeza ante las presiones de su gabinete para que "retirara el debate" acerca de una enfermedad que está devastando el país.

Según la esperada biografía escrita por Mark Gevisser, el ex presidente se siente apenado por no haber seguido insistiendo sobre la cuestión de las causas de la epidemia, ya que sus compañeros creían que la reputación del país se veía dañada por sus puntos de vista.

El libro 'Thabo Mebeki: The Dream Deferred' describe cómo el ex presidente contactó con el autor para reiterar algunos de los aspectos que provocaron polémica entre la comunidad médica, antes de que Mbeki dejara de hablar públicamente sobre el sida hace varios años.

Las ideas de Mbeki sobre la enfermedad están influidas por una obsesión con la raza, el colonialismo y la "vergüenza sexual".

En un documento de 100 páginas escrito por él y distribuido anónimamente entre los líderes del Congreso Nacional Africano (ACN) hace seis años, comparaba a los científicos que investigan sobre el sida con los últimos médicos de los campos de concentración nazis y retrataba a los negros que aceptaban la ciencia ortodoxa del sida como "reprimidos" y víctimas de una mentalidad esclava. Asimismo, señalaba que las tesis sobre el VIH/Sida están afianzadas en "creencias racistas de hace siglos y en concepciones sobre los africanos".

El discurso de Mbeki retrocedió en mucho todo lo que se había avanzado respecto al VIH/sida en Sudáfrica y en los países que rodean a esta nación, también muy afectados por la enfermedad. Desorientados, los ministros y demás autoridades no sabían si seguir enviando remedios a los hospitales, si convocar a más conferencias de prensa para que el entonces presidente continuase exponiendo su punto de vista, o dejar pasar la conmoción política y pública que las declaraciones de Mbeki estaban causando.

Thabo Mbeki aseguraba (y según el libro de Gevisser continúa asegurando) que las compañías farmacéuticas estaban exagerando la relación entre el VIH y el sida para vender más medicinas y subestimando los efectos secundarios de estos fármacos, sobre los cuales algunos disidentes piensan que causan más muertes que la propia enfermedad… Hasta que apareció Nelson Mandela.

MANDELA, POSITIVO

El legendario líder sudafricano se acercó hasta el lugar mismo donde un grupo de activistas protestaba por las declaraciones de Mbeki y sin dudarlo, se puso una camiseta que decía “VIH Positivo”. En ese entonces no tuvo que hablar mucho porque su sola imagen lo decía todo: si Madiba, el alma del pueblo sudafricano, daba su apoyo a la campaña que pedía más atención y ayuda para los afectados por el VIH, no había por qué dudar de su palabra. Casi inmediatamente Mbeki tuvo que reponer el suministro de medicamentos a los hospitales y mucha más gente acudió a hacerse la prueba para ver si estaba infectada o no.

Al respecto, hace poco el jefe de la agencia de Naciones Unidas para la prevención del sida elogió el papel de Mandela en la lucha para romper "la conspiración de silencio" y la vergüenza que rodeaba a ese mal en África.

"Fue quien realmente nos ayudó a romper la conspiración de silencio", declaró Michel Sidibe, que dirige ONUSIDA. "Su contribución es la de la no discriminación, la integración y garantizar que continuaremos luchando por los derechos de los que carecen de derechos. Eso fue lo que él aportó al combate contra el sida".

HABLAR DE FRENTE

Cuando Mandela le dijo al mundo que el único hijo varón que le quedaba había muerto de sida, lo hizo porque para él "hablar abiertamente sobre el sida es la única forma de que esta enfermedad deje de ser considerada como algo extraordinario y de acabar con la idea de que por este mal la gente va al infierno y no al cielo". Makghato Mandela, de 54 años, murió en un hospital de Johannesburgo (Sudáfrica), donde había estaba recibiendo tratamiento antirretroviral. Aunque, hasta el momento de su fallecimiento (que se produjo el 6 de enero) nunca se había hecho público que padeciera sida, su padre Nelson Mandela reconoció que "no tiene sentido ocultar ni esconder la enfermedad". Es más, el Premio Nobel de la Paz insistió en "dar publicidad al VIH/Sida, porque es la única forma de hacer que parezca una enfermedad normal, como la tuberculosis o el cáncer".

El anuncio de Nelson Mandela fue aplaudido por los activistas y algunos líderes políticos por su valentía, ya que son muy pocos en África los que se atreven a hablar de la enfermedad sin tapujos. Antes que él, en 2004, el líder de la oposición Mangosuthu Buthelezei se convirtió en la primera autoridad política sudafricana en reconocer el costo personal del sida cuando dijo que había perdido a dos hijos por esta causa.

Si bien el actual presidente, Jacob Zuma, fue muy criticado cuando declaró en un tribunal que no podía contraer el VIH/sida por tener sexo con una persona seropositiva “porque se había lavado después de mantener relaciones”, su ignorancia fue rápidamente solucionada y hoy predica con el ejemplo. Hace poco volvió a realizarse la prueba del VIH en la que salió negativo. Otro legado del gran Mandela. (Con datos de 46664.com, swissinfo.com, elmundo.es)



46664


Cuando dejó la presidencia, Mandela se involucró en la lucha contra el sida. En 2003, Mandela inició con su fundación una campaña mundial para recoger fondos, y de esa campaña nació la idea de los conciertos 46664, el número de prisionero que se le asignó a Mandela en la prisión de Robben Island. El primero de ellos se realizó el 29 de noviembre de 2003. Este evento se llevó a cabo en el Green Point Stadium, de Ciudad del Cabo. El anfitrión fue por supuesto Nelson Mandela y su meta era crear conciencia a nivel mundial sobre lo que significaba el VIH.

Este primer evento estuvo lleno de personalidades de la música: Anastacia, Beyonce Knowles, Robert Plant, Brian May y Roger Taylor de Queen, BB. King, Baaba Maal, Youssou NDour, Yvonne Chaka Chaka, The Corrs, Yusuf Islam, Soweto Gospel Choir, Bono y Peter Gabriel.

El año de la muerte de su hijo, 2005, se realizaron tres conciertos 46664 y así en los siguientes años otros más. Dada la delicada salud del legendario Mandela, no se sabe si este año habrá alguna actividad más allá del Mandela Day (Día de Mandela) que se celebra el 18 de julio.
EL SIDA Y SUS SOMBRAS


El sida afecta a más de 25 millones de personas en todo el continente africano y Sudáfrica tiene el mayor número de seropositivos, con más de cinco millones. Pese a que los activistas calculan que la enfermedad mata a más de 600 sudafricanos por día, que 1000 se infectan cada 24 horas y que este país se enfrenta a uno de los peores desastres de salud pública de la historia, todavía son muchos los ciudadanos que miran hacia otro lado.
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Hay mucha gente muriendo de sida y el estigma supone que en la mayoría de las ocasiones la gente está demasiado asustada o avergonzada como para informar de la causa de la muerte cuando ésta se produce por sida", ha dicho Mark Heywood, de la Campaña de Acción para el Tratamiento (TAC), el principal grupo de presión de sida de Sudáfrica.

Gugu Dlamini, una de las primeras sudafricanas en decir públicamente que tenía sida, fue apedreada hasta la muerte por sus vecinos en 1998 mientras que en 2003 una víctima de una violación múltiple fue asesinada después de que informara a sus asaltantes de que estaba infectada con la enfermedad. Thanduxolo Doro, un portavoz de la Asociación Sudafricana de Personas con Sida, ha indicado que el estigma social es muy fuerte, sobre todo, en zonas rurales, donde se registran la mayor parte de las infecciones por VIH.

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