jueves, 15 de agosto de 2013

Brutal represión causa otro baño de sangre en Egipto

Una brutal represión del Ejército contra militantes musulmanes en El Cairo que se movilizaban en defensa del depuesto presidente Mohamed Mursi causó, al menos, 280 muertos, entre ellos, 43 policías, lo que dejó a Egipto al borde del caos y la guerra civil. Los disturbios se propagaron a todo el país.

Los Hermanos Musulmanes, el movimiento de Mursi, afirman que la represión dejó 2.200 muertos y más de 10.000 heridos.

Al detallar el balance de víctimas, el portavoz del ministerio, Mohamed Fathalá, precisó que 61 personas perecieron solo en la plaza Rabaa al Adawiya, principal congregación de los partidarios de Mursi, y 21 en la plaza Al Nahda.

El balance de víctimas es probablemente superior. Un periodista de la AFP contó 124 cadáveres únicamente en la plaza Rabaa al Adawiya, cuartel general de los partidarios de Mursi en El Cairo, donde el Ministerio de Salud afirmaba que hubo 61 muertos.

El Gobierno egipcio decretó el estado de emergencia nacional y un toque de queda regional.

Una hora después de la entrada en vigencia de ese toque de queda, responsables de la seguridad indicaron a la AFP que el país estaba de nuevo en calma.

Una calma que podría no obstante solo ser temporal, ya que la tensión sigue siendo muy fuerte en todo el país.

El baño de sangre provocó una crisis gubernamental, con la renuncia del vicepresidente Mohamed ElBaradei, y fue condenado por la ONU y por países occidentales y musulmanes.

El Gobierno declaró el estado de emergencia nacional y un toque de queda en El Cairo y otras 11 provincias desde las siete de la tarde hasta las seis de la mañana. Ambas medidas regirán durante un mes.



Musulmanes se movilizan

Los islamistas llamaron a nuevas manifestaciones mientras que las fuerzas del orden advertían que no aceptarían ninguna otra ocupación, tras haber tomado el control de dos plazas del Cairo donde los partidarios de Mursi acampaban desde hacía un mes y medio.

Las autoridades habían prometido un desalojo "gradual" de las plazas cairotas de Rabaa al Adawiya y Al Nahda, ocupadas desde hace un mes y medio por miles de partidarios de Mursi, derrrocado el 3 de julio por los militares y detenido desde entonces.

Pero las tropas policiales y militares rodearon por sorpresa al amanecer los dos parques y empezaron a avanzar con topadoras y disparando gases lacrimógenos contra las tiendas de campaña, que albergaban a numerosos hombres, mujeres y niños.

El Gobierno anunció que el desalojo de Al Nahda concluyó por la mañana. En Rabaa, la Policía garantizó la salida de cientos de manifestantes que querían evacuar el lugar, mostró la televisión estatal. Pero un grupo de irreductibles permanecía atrincherado y continuaba enfrentando a las fuerzas de seguridad en otra punta de la plaza.

El Ministerio de Salud indicó por la tarde que en la operación murieron 149 personas, aunque solo en la morgue improvisada junto a la plaza Rabaa un periodista de la AFP había contado unas horas antes 124 cadáveres.

En ese hospital de campaña, los médicos se veían desbordados y abandonaban los casos más desesperados para ocuparse de los heridos con más posibilidades de sobrevivir. Otras regiones fueron escenario de incidentes, con enfrentamientos en Alejandría (norte) y el incendio de tres iglesias cristianas coptas en el centro del país.



Condena internacional

La represión fue condenada por numerosos países y causó alarma internacional por el futuro de Egipto, el más poblado de los países árabes.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, deploró que las autoridades egipcias "hayan decidido usar la fuerza".

Turquía, potencia clave en la región, que se había opuesto al golpe contra Mursi, consideró "inaceptable" la represión y urgió al Consejo de Seguridad de la ONU y a la Liga Árabe a "pasar a los hechos de inmediato para detener la masacre".

Estados Unidos, que otorga a Egipto unos $us 1.500 millones anuales de ayuda, principalmente militar, criticó la represión y las medidas de excepción. Washington dio su apoyo al golpe cívico-militar

Se agrava la crisis egipcia

1. El 3 de julio, un movimiento militar encabezado por el general Abdul Fatah al-Sisi destituyó al presidente constitucional Mohamen Mursi.

2. El golpe cívico-militar fue respaldado, de hecho, por Estados Unidos y las pricipales potencias europeas que rechazaban el gobierno musulmán.

3. La violencia política ya había dejado más de 250 muertos desde finales de junio hasta antes de la masacre de ayer.

4. Estados Unidos evita usar el término "golpe de Estado" para no verse obligado a cortar la ayuda militar de $us 1.300 millones anuales a Egipto, su principal aliado en la región.

5. En los países occidentales, donde la destitución y el arresto de Mursi en julio no suscitaron grandes críticas, la condena a la matanza de ayer fue más moderada, por lo que mantienen su apoyo a las fuerzas militares.

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