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domingo, 13 de octubre de 2013

Residentes bolivianos en Argentina Remesas van al pago de servicios de educación y salud

Una encuesta a 200 migrantes bolivianos en el país vecino muestra que la mayor parte del dinero enviado a sus familiares en Bolivia se va en compra de alimentos, pago de servicios, educación y salud, mientras que en promedio menos del 4% de esos fondos llegados al país se destina a ahorros y actividades productivas.

El estudio "El corredor de remesas Sur-Sur Argentina-Bolivia", a cargo de Matteo Mandrile, oficial de Proyectos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), al que tuvo acceso el Programa de Investigación Estratégica en Bolivia (PIEB), incluyó una encuesta a 200 bolivianos residentes en Argentina, que fue complementada con una serie de entrevistas semi-estructuradas. La muestra fue dividida en dos sub-muestras: una primera de 100 migrantes que no son clientes de ninguna microfinanciera; una segunda de 100 clientes bolivianos de tres de las principales microfinancieras de la Argentina. La encuesta se aplicó entre mayo y noviembre de 2012 en el Gran Buenos Aires y en el Gran La Plata, las zonas de mayor concentración de población boliviana en la Argentina.

El estudio representa una contribución a la literatura sobre corredores de remesas entre países de Sudamérica, sobre todo si se toma en cuenta que el corredor Argentina-Bolivia es el tercero mayor de la región después de Venezuela-Colombia y Argentina-Paraguay.

Los resultados revelan que el 59% de los residentes bolivianos usa una remesadora internacional que tiene pagadores en Bolivia (banco, fondo financiero privado, etc.); un 20% se vale de viajeros y encomenderos para enviar dinero en efectivo; y un 11% usa un agente microfinanciero. La remesa promedio por transacción mensual de un migrante cliente de una microfinanciera es de 266 dólares, mientras que la remesa promedio de un migrante no cliente es de 192 dólares. Los no clientes envían remesas cuatro veces por año y los clientes seis veces por año.

Los migrantes en Argentina dicen que sus parientes en Bolivia utilizan el dinero enviado en la compra de alimentos, pago de servicios, salud, educación y vivienda. Los familiares de no clientes ahorran 2,3% de la remesa, los familiares de clientes un 4%. La inversión productiva es otro acápite importante: sólo 0,3% de las remesas que envían los no clientes se invierte en actividad productiva, si es cliente el 1%.

El 70% de los migrantes consultados no tiene cuenta bancaria en Bolivia ni en Argentina, y una de las razones centrales de este fenómeno es la desconfianza hacia el sistema financiero en Argentina. Mandrile comentó que "un migrante cliente de una microfinanciera no sólo es más sofisticado desde punto de vista financiero, sino que el familiar en Bolivia también es más sofisticado porque, guiado probablemente por el pariente en Argentina, ahorra casi el doble de lo que ahorra un familiar de no cliente e invierte más del triple de lo que invierte el familiar de un no cliente".

En el 2012, en Argentina aumentó el costo de envío de remesas para los migrantes y a esto se sumó la ausencia de servicios financieros transnacionales para migrantes. El funcionario aclaró: "No sólo las remesas se encarecieron, sino que tampoco existen alternativas para canalizarlas productivamente".

El censo del argentino Indec recuenta a 345.272 bolivianos residentes en la Argentina, un incremento del 48% respecto del censo que se hizo en 2001. Según cifras de Banco Central de Bolivia, en 2011 se recibieron 175,8 millones de dólares pero un año después las cifras bajaron a 132 millones de dólares.

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