domingo, 20 de abril de 2014

Bolivianos representan a migrantes en Brasil



El 30 de marzo en la Plaza de las Artes de Sao Paulo, Brasil, ocurrió un hecho sin precedentes: se eligió a 20 representantes de la población inmigrante extranjera residente en 19 subprefecturas de la capital paulista (Sao Paulo en total tiene 31 subprefecturas). Una elección con más de 1.700 votantes, de los cuales se contabilizaron 1.694 votos válidos.

El número de representantes de los inmigrantes fue determinado según los datos del Censo 2010, provistos por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). Cada subprefectura que tiene al menos 0,5% de extranjeros en su población abrió un espacio para la representación migrante.

La referida elección, promovida y organizada por la Secretaría de Derechos Humanos y Ciudadanía, adquiere mayor relevancia para los inmigrantes bolivianos porque de los 20 representantes electos, 7 son de nuestro país: Mónica Rodríguez Ulo, Samuel Dany Santos Arnez, Luis Vásquez Mamani, Juan Elvis Mayta Martínez, Ronald Soto Delgadillo, Rudencido Méndez Marupa y Alejandro Tuco Quispe.

Los representantes de los migrantes tienen un mandato de dos años y serán parte del órgano consultivo del Consejo Participativo Municipal. Con la nueva representación, según la Secretaría de DDHH, se busca que los extranjeros ejerzan un control social en beneficio de los inmigrantes, tanto en la planificación como en la fiscalización del gasto público allí donde viven; además de que puedan sugerir políticas públicas que mejoren sus condiciones de vida.

Mónica Rodríguez, que reside en Sao Paulo hace ochos años, afirma que en su lucha en la defensa de los derechos de los inmigrantes, denunció atropellos por discriminación, contra el trabajo esclavo y casos de bullying, y que ahora es el momento de dejar de ser invisibles: “Es un primer paso para todos los inmigrantes, al gran sueño de un día votar y ser votado en elecciones en el ámbito subprefectural”.

De acuerdo con el censo de 2010, en la capital paulista existen 151.071 residentes extranjeros legalizados y la comunidad boliviana, con 21.680 personas, ocupa el segundo lugar en importancia poblacional después de Portugal. Se trata de un dato histórico, ya que por primera vez se sobrepasó a las comunidades de japoneses e italianos. Sin embargo, estas cifras no comprenden a los indocumentados, por lo que la cantidad de inmigrantes bolivianos llegaría a 350.000 según el consulado boliviano en Sao Paulo. Rodríguez estima que este número se incrementó en los últimos años debido a la crisis económica de Argentina.

El proceso migratorio es de larga data y fue promovido principalmente por reformas estructurales. La Revolución Nacional de 1952 produjo un fuerte flujo migratorio indígena campo-ciudad e internacional, principalmente hacia la Argentina. La reforma agraria impuso la parcelación de tierras comunes, tanto en ayllus como en haciendas.

Posteriormente, tanto la hiperinflación en la época de la Unidad Democrática y Popular (UDP) como los efectos laborales que produjo en 1985 el decreto 21060, incrementaron el periplo migratorio hacia la Argentina, pero también hacia Estados Unidos, España y Brasil.

Los primeros flujos migratorios importantes a Brasil, según estudios de Sidney da Silva, están relacionados con un acuerdo bilateral de intercambio cultural, que favorecía la entrada de estudiantes bolivianos al país vecino, convenio firmado en 1958, y que fue parte de varios acuerdos conjuntos, como la exploración de petróleo, la definición de límites entre los dos países y el comercio. El perfil de los migrantes entre 1950 y 1970 era de personas de nivel educacional medio o elevado.

Para el mayor flujo migratorio de Bolivia hacia Brasil, también fue importante la construcción en 1954 de la línea ferroviaria entre Santa Cruz de la Sierra y Corumbá. Debido a los procesos políticos dictatoriales, la migración hacia el país vecino disminuyó, incrementándose nuevamente a partir de la década de los ochenta, siendo ahora mayoritariamente de personas que trabajan en el área textil, además de la importante industria creada por la inmigración de Coreanos a la zona metropolitana de Sao Paulo. Aparte de bolivianos, también se vio el incremento de migrantes peruanos y paraguayos.

El estudio de la migración boliviana en Sao Paulo es un tema de interés constante tanto para investigadores bolivianos como brasileños. En el vecino país se estudia, entre otros aspectos, la explotación laboral y la identidad, los mercados informales, espacio y territorio, dinámicas culturales y procesos identitarios, derecho al voto y políticas migratorias. Del lado boliviano: el impacto de la migración en la parte de las familias que quedan en el país, las estrategias de continuidad de la comunidad en el extranjero pese a la migración, las familias transnacionales, el análisis de las remesas y su efecto en los lugares de origen en Bolivia.

La elección de los representantes de los migrantes en Sao Paulo abre una gran posibilidad a los bolivianos en la adquisición de derechos y en la reversión de un estigma creado por instancias políticas y por los medios de comunicación que, parafraseando al sociólogo estadounidense Erving Goffman (2006), han dejado de ver a la persona en su totalidad y solo promueven una reducción suya, un individuo menospreciado, reducido a un estigma, un atributo profundamente desacreditador que daña la identidad social, en el caso boliviano la identidad desacreditada de “inmigrante–esclavo–ilegal”.

A través de los medios de comunicación, este estigma ha sido internalizado en la opinión pública. Esto fue lo que aconteció en Buenos Aires, cuando ocurrió el incendio del Taller Textil Luis Viale en 2006 o cuando mataron al niño Bryan el año pasado, mostrando siempre a la comunidad boliviana como miserable.

La comunidad boliviana en Sao Paulo ahora a través de sus siete representantes muestra otra cara, revierte el estigma y se presenta como una comunidad importante que trabaja, que produce y que está organizada políticamente —incluso como una comunidad caritativa que recaudó siete toneladas en víveres para los afectados por las inundaciones— y que ahora, como sujeto político dentro del sistema de poder, trabajará para mejorar la calidad de vida, de seguridad y condición social de los compatriotas en la urbe paulista.

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