Ayer, el diario brasileño O'Globo publicó una investigación realizada por la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI), que revela que en San Pablo e han identificado unos 12.000 talleres clandestinos que explotan a por lo menos 200.000 inmigrantes bolivianos.
La comisión parlamentaria sugirió aplicar medidas que permitan acabar con la explotación de mano de obra boliviana que trabaja en la industria textil en condiciones análogas a la esclavitud.
El presidente de la CPI, Carlos Bezerra, explicó que los inmigrantes bolivianos son explotados hasta el tercer y el cuarto eslabón de la cadena productiva.
En declaraciones a ese medio, Bezerra dijo que "las empresas ya han desarrollado un gran talento para lidiar con la opinión pública y trabajan bien su propia defensa, pero todavía tropiezan en la prevención de los contratos de trabajo forzado. Por lo tanto, hemos hecho una serie de propuestas para una mayor transparencia y una participación más activa del Gobierno en el tema".
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