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domingo, 16 de noviembre de 2014

El Carnaval 2015 en Argentina se realizará con raíces bolivianas



En la Ciudad de Orán, los corsos son lo más grandes de la provincia y se preparan durante meses para los desfiles de carnaval. Las comparsas salteñas fusionan las tradiciones hispánicas con las indígenas.

Las comparsas llevan a cabo bailes tradicionales, muchos de ellos influenciados por la cultura boliviana, entre ellos destacan los caporales, tinkus, diabladas. Los grupos de bailarines compiten por el premio a la mejor comparsa de la ciudad.
El folklore boliviano es uno de los más ricos del continente americano. En Bolivia existe tal cantidad de costumbres, leyendas, ritos, ritmos, danzas, instrumentos y tejidos, que ni los mismos bolivianos conocen tal riqueza en su integridad.
Oran, como ciudad fronteriza, es amante de la cultura boliviana y los tinkus han marcado una fuerte presencia durante los meses de enero y febrero
David Aparicio formó en el año 2004 la fraternidad Wistus en Orán, para participar de los corsos de color. El nombre es aymara, la palabra “wistu” significa “torcido”, en alusión a los movimientos de la danza.
Su objetivo es preservar los valores culturales andinos y para animar a la juventud boliviana a conocer y respetar su propia cultura.
Desde aquel año, en cinco ocasiones ganaron el primero premio, y durante tres años el segundo lugar. Año tras año se dan el lujo de ingresar coreando sus canciones y se ratifica la vigencia y el excelente momento de los wistus, demostrando la elegancia y belleza a tiempo de ejecutar la danza.
Los Wistus ya se preparan para los carnavales 2015. Más de 100 personas ensayan por ahora en el Barrio Patrón Costas, en calle Corriente y Pringles. A partir del 10 noviembre retomarán los ensayos en el Sindicato de Empleados de Municipales.

Antecedentes
En el Tinku antiguo las luchas se daban en un estado de embriaguez y demostración de machismo. Cuando caía un herido, los miembros de la comunidad contraria lo recogían, llevándoselo a su sector donde lo castigaban, sea éste hombre o mujer, en señal de triunfo.
Actualmente estos encuentros o batallas empiezan a puñetazos. Los participantes llevan Ñuckus (manoplas de cuero) y anillos en los dedos que revientan las carnes del contrincante. Se pelea cuerpo a cuerpo y mientras más enardecen crece el furor y la cólera, mayor es la confusión de la pelea. Llega un momento en que el combate y el griterío son inenarrables.
Los que se sienten perdidos empiezan a relegarse, momento que se inicia la pedrea que objetivamente es una lluvia de piedras, las que caen sobre ambos grupos. Los que quedan en el campo junto con los muertos, son los triunfadores, es el Ayllu que ha ganado y le corresponde un año de mando y hegemonía sobre el otro.
El triunfo es festejado ruidosamente y a veces dura hasta un mes. Hasta ahora no se ha podido descubrir qué hacen los comunarios con los cadáveres. Se presume que los entierran durante la noche para burlar el castigo de la ley, porque al día siguiente el campo está limpio de huellas de haber sido escenario de tan cruel combate.

BOLIVIANOS QUE BUSCAN MANTENER LA CULTURA

Los ensayos de la fraternidad
Los miembros de la Fraternidad Wistus en Orán ya ensayan para presentarse en el Corso 2015. Para este año esperan ganarse el primero lugar, como lo hicieron durante cinco años. Son más de 50 las personas que se preparan para el gran evento carnavalero, que reúne a miles de residentes bolivianos.

Un llamado a la juventud
Quienes conformaron la Fraternidad, lo hicieron con el objetivo de preservar los valores culturales andinos y para animar a la juventud boliviana a conocer y respetar su propia cultura. Por ello cada año se abren las inscripciones y se insta a los jóvenes a ser parte de ese gran movimiento cultural

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