viernes, 19 de junio de 2015

Bolivianos en Argentina se unen a través de las ondas radiales



“Sentir Boliviano representa el esfuerzo y la labor de los bolivianos residentes fuera del país, quienes día a día luchan por Bolivia, sin otro fin que resaltar nuestras vivencias”,

fueron las palabras del fallecido Hernán Pacheco, creador y conductor del programa radial “Sentir Boliviano” que lleva ya en el aire 38 años.
Pacheco falleció el 3 de junio de 2013 a consecuencia de una enfermedad hepática, pero según comenta su hija Gisela, “hasta el final continuó con su pasión que era el programa que condujo de manera ininterrumpida difundiendo la cultura boliviana y siendo la voz de una colectividad cada vez más numerosa en Buenos Aires”.
Hernán Alfonso Pacheco Ibáñez nació en la localidad de Pichincha en el departamento de La Paz y muy joven emigró a la república de Argentina en busca de mayores oportunidades y de un mejor futuro. Fue el primer extranjero en estudiar en el Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica (ISER) de donde se graduó como operador técnico de radio difusión en el año 1974.
Su trabajo inició como operador en diferentes emisoras argentinas, tales como radio Belgrano, Nacional, la Rock and Pop, Continental, Libertad y Splendid, entre otras. Así operó para reconocidos programas y periodistas de esos tiempos como Víctor Hugo Morales entre algunos referentes de la época.
En ese momento algunos colegas argentinos le dieron la idea de crear un programa de radio para la colectividad boliviana, hasta ese entonces poco organizada, pero ya con numerosa presencia en la capital argentina.
El programa inició sus transmisiones un 8 de noviembre de 1975, el espacio era de media hora diaria por radio LR2 Radio Argentina, luego continuó por LS6, Radio del Pueblo que posteriormente pasó a llamarse radio Buenos Aires.
Gisela, la hija mayor de Pacheco, señala que el programa desde sus inicios causó un giro de 180 grados en la visibilidad de la colectividad y tuvo grandes repercusiones, teniendo más audiencia que programas argentinos de la misma radio. De esta manera y en poco tiempo se convirtió en la voz de la colectividad boliviana, hasta ese momento insonora.
A pedido de la gente el programa se extendió a una hora y media, para después tener dos horas de emisiones diarias de lunes a viernes; en ese entonces se emitía música e informaciones que a través del correo llegaban de Bolivia, además de mensajes de auspiciantes bolivianos que ofrecían productos y servicios; también había participación de los oyentes. En la actualidad se mantienen la mayoría de estos sectores.
En un homenaje que realizó la comunidad boliviana a la labor de Pacheco y que se publicó en el portal web del programa señalan que Sentir Boliviano creció tanto que logró convertirse en el correo, noticiero y único medio, a través del cual, miles de bolivianos radicados en Buenos Aires extrañaban menos la Patria.
Con la consolidación del programa también se gestionaron los primeros grandes bailes conciertos con presencia de importantes artistas de Bolivia, como los Kjarkas y Zulma Yugar, entre otros, que empezaron a llegar con el apoyo de otros miembros de la colectividad que se fueron sumando a los emprendimientos, como Hugo Arnés o Amparo Torres entre los pioneros de estas actividades de integración y representación de la cultura boliviana.
En estos eventos también nacieron las primeras agrupaciones folclóricas y ballets de la colectividad boliviana, que poco a poco comenzaron a organizarse y configurarse como un colectivo numeroso de migrantes.

Los años 80
En los años 80, Hernán Pacheco continuaba como operador en radio Libertad y otras radios argentinas, además operaba históricas transmisiones, como la del primer aniversario de la vuelta de la democracia en el gobierno de Raúl Alfonsín desde el balcón de casa rosada, otras transmisiones las realizó desde el congreso de la nación. También condujo importantes partidos de fútbol del torneo argentino de primera división.
El programa creció tanto que Pacheco le dedicó tiempo completo y migró por diferentes radios de amplitud y frecuencia modulada como: Urkupiña, Avellaneda, Umbrales y Bolivia entre varias; buscando un mayor alcance llegó a estación Latina una de las más populares de la colectividad boliviana, hasta finalizar en Radio América Latina, que fue su última casa.
A medida que pasó el tiempo aparecieron otras radios y programas de la colectividad, hubo mayor competencia y variedad para los radioescuchas bolivianos. “A pesar que mi papá empezó a tener competencia, el seguía con más ganas y decía que no lo hacía por competir, resaltaba que lo hacía por amor, y él vivió para eso, y a nosotras su hijas siempre nos inculcó los valores y la cultura de Bolivia”, señala Gisela Pacheco con orgullo y melancolía.
A lo largo de la emisión del programa Pacheco recibió muchos reconocimientos por su labor pionera como programa que difundía y rescataba las costumbres bolivianas. Así fue galardonado por parte de la colectividad boliviana, la embajada de Bolivia y el consulado general; de igual forma recibió reconocimientos en Bolivia y en otros países como Chile o España, donde incluso mandaba programas grabados por correo para que puedan escucharlos.

Gisela continúa con el
legado de Sentir Boliviano

”Cuando mi papá falleció, los oyentes pidieron que el programa Sentir Boliviano no desaparezca y solicitaron que continuemos con su legado. De las cuatro hermanas yo decidí continuar con su trabajo, y en este proceso me motivó mucho una oyente que me dijo que mi papá luchó por tener este programa con este nombre, por lo que no podía morir con él”, señala Gisela la hija mayor de Hernán Pacheco.
Gisela tomó las riendas del programa “Sentir Boliviano”, poco después del fallecimiento de su padre y ahora indica que llegar a conducir un programa radial era algo que nunca imaginaba, y menos un programa con tanta historia y por el cual su papá luchó tanto.
En los últimos años de Hernán Pacheco, Gisela lo acompañó como recepcionista de los avisos clasificados del programa pero nunca habló frente a un micrófono; por eso remarca que cuando inició como conductora fue muy nuevo para ella.
“Cuando salí por primera vez al aire empecé a hablar y me salieron las palabras de forma muy natural y me sentí muy cómoda hablando por radio, mi hermana que me acompañaba se sorprendió mucho, pero realmente fue algo muy lindo”, relata.
Gisela destaca que desde el principio fue aceptada en el medio y apoyada por otros colegas para conocer más del rubro; así la guiaron para sacar adelante el programa, manteniendo el mismo formato pero con mayor llegada a los jóvenes que ahora la escuchan y siguen por las redes sociales.
“Mi papá tenía un saludo bien característico que era: Buenos Días linda gente, ¿Todo bien?, lo cual quedó como una marca, entonces me pedían que yo diga lo mismo, para que identifiquen que era el programa, yo al principió no lo hacía, porque quería buscar mi propio estilo y transmitir otra cosa, pero al final lo empecé a utilizar a pedido de la misma audiencia y fue muy bien aceptado”, cuenta.
Gisela remarca la importancia de transmitir la cultura boliviana, resaltando que lo más importante es difundir las raíces, las danzas, comidas, historia y el mismo orgullo de ser bolivianos.
“Lo que trato de hacer es transmitirles e inculcarles la cultura que nos van dejando nuestros papás, porque conozco a muchos chicos que por ahí hablan con un poco de vergüenza de su origen, al ser hijos de bolivianos, tengo oyentes que me piden temas pero no quieren que difunda su apellido”, revela.
Noelia Pacheco es otra de las hijas de Hernán, ella también señala orgullosa “Yo soy argentina, pero por mis venas corre sangre boliviana”. Desde hace pocos meses participa en la morenada Real Oruro, donde se creó un bloque de danzarines con el nombre del programa “Sentir Boliviano”.

Junto a los Kjarkas

En los bailes de la colectividad que conducía y organizaba Hernán Pacheco, los Kjarkas fue el primer grupo importante que llegó a Buenos Aires para resaltar estos eventos y deleitar a los presentes con sus canciones.

Galardón

Hernán Pacheco recibiendo el reconocimiento Puerta del Sol por parte de la embajada de Bolivia, entre muchas distinciones recibidas desde la colectividad boliviana. Todavía su hija Gisela continúa recibiendo premios por la trayectoria de Sentir Boliviano.

La actualidad

Gisela junto al grupo Chila Jatun en una entrevista realizada, cuando el grupo de los hijos de los Kjarjas visitó Buenos Aires hace un par de meses. Compartieron su música y expectativas con los oyentes del programa.

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