Ciudadanos bolivianos que viven en condiciones de precariedad y trabajan en situación de explotación laboral, en una fábrica de ladrillos de Tucumán, fueron detectados en un operativo realizado por la Gendarmería Nacional de Argentina, según el periódico La Gaceta.
“Se comprobó que en el lugar había 31 personas en condiciones de explotación laboral, de las cuales la mitad eran ciudadanos bolivianos y el resto oriundos de esta provincia, entre ellos varios niños”, señala el medio.
Daniel Weisenberg, funcionario judicial, dijo que en la fábrica existe “un grupo grande de familias que tiene sus viviendas precarias, en algunas casas sin agua y sin baño, con instalaciones eléctricas muy precarias”.
Elena Huanca, una de las trabajadoras, reveló que en ese lugar vive junto a su familia, compuesta por 10 personas. “Tengo tres (hijos) pequeños y cuatro grandes. Ahí está mi hija y ella tiene novio”, dijo.
Ella indicó que de una manguera consigue agua para tomar.
Francisco Montero, otro obrero de origen boliviano, afirmó que junto a toda su familia lleva siete años trabajando en ese lugar. Señaló que existen “patrones grandes”, que son los encargados de ubicarlos en la fábrica.
“Nosotros somos contratados por los patrones grandes. Nos pagan el pasaje desde Bolivia hasta aquí. Con pasaje gratis venimos”, relató.
Asimismo, dijo que su ganancia es en función a la cantidad que produce. Por cada 1.000 ladrillos se pagan 400 pesos argentinos; sin embargo, el boliviano dijo que al día gana unos 150 pesos.
Agregó que para obtener más recursos intenta trabajar incluso los domingos, pero no puede producir ladrillos los días que llueve.
El propietario del lugar fue identificado como Héctor Daguero, cuyo abogado, Juan Carlos Valor, dijo en su defensa que los bolivianos que trabajan en la fábrica tienen sus documentos en orden y que arriendan el espacio para sus viviendas. (Cambio y Agencias)
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