viernes, 26 de junio de 2015

Emisoras bolivianas se multiplican sin licencia en Buenos Aires



Las llamadas radios bolivianas se han multiplicado de manera exponencial en los últimos años, esto sucedió sobre todo en los diales de frecuencia modulada en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires frente a una falta de regulación traducida en la ausencia de reglamentación de la Ley 26522 de Servicios audiovisuales, promulgada en 2009.

Desde la creación del programa “Sentir boliviano” en la década de los 70, la radiofonía fue el medio principal por el cual, una de la colectividades de migrantes más importantes de las últimas décadas, se comunicó, informó y organizó.
De acuerdo a estudios del antropólogo Alejandro Grimson, la radio funciona en las colectividades como un medio social y solidario; pues en ella se combinan los recuerdos y la nostalgia hacia la tierra de origen.
Grimson identifica tres etapas en la historia de la radiofonía boliviana en Buenos Aires, la primera marcada por la aparición del programa “Sentir boliviano”, la segunda etapa en los años 80, relacionada con el regreso de la democracia, la expansión de la comunicación alternativa, y la aparición de la radios comunitarias y clandestinas con programas dirigidos por migrantes que llegaron muy jóvenes a Buenos Aires.
La tercera etapa se consolida con la creación de las primeras FM de propietarios bolivianos como Bolivia y Máster, esto sucedió a principios de la década del 90, y poco a poco se fueron expandiendo sin control alguno.
Alfredo Ayala presidente de la Asociación Civil Federativa Boliviana (Acifebol) señala que en la actualidad se tienen más de 50 radioemisoras en Frecuencia Modulada (FM) sólo en la ciudad autónoma de Buenos Aires y otras tantas en el cono urbano bonaerense. Ninguna de las mismas tiene licencia de funcionamiento.
Ayala también destaca que hoy la república Argentina es el país más benévolo en cuanto a las exigencias para que funcione una radio, ya que todavía no está correctamente reglamentada la Ley de Telecomunicaciones. De esta manera, afirma que la colectividad boliviana es la que lidera este tipo de emisoras sobre otras colectividades numerosas como la peruana o la paraguaya, las cuales sólo cuentan con una o dos emisoras con programación exclusiva.

Presencia en barrios
Las radios bolivianas tienen mayor presencia en barrios como Flores, Floresta, Liniers, Mataderos, Villa Lugano, Charrúa, Retiro, Caballito, Nueva Pompeya, entre otros; además también están en el cono urbano bonaerense, en los partidos de La Matanza, Lanús, Avellanada, Lomas de Zamora, Merlo, Morón y Moreno, donde existe gran presencia de la colectividad boliviana.
A pesar de que muchas de estas radios se autodenominan comunitarias, sólo una de todas pertenece al Foro Argentino de Radios Comunitarias (Farco), y es la radio Aires del Sur; empero no tiene gran alcance razón, por la cual no es tan escuchada y tiene menos de un kilo watts de potencia.
En cuanto al costo de un estudio de radio que posee cuatro computadoras y un transmisor con una potencia de 4 kilo watts, éste es de, aproximadamente, 250 mil pesos argentinos, pero a esto se deben sumar los costos de alquiler del lugar donde se implemente la emisora.
“Las radios son más comerciales que comunitarias y muy pocas te brindan los espacios necesarios para informar y ayudar a nuestros compatriotas, muchas interfieren con el espectro electromagnético, se tuvo problemas incluso con la torre de control del Parque Aéreo de la ciudad de Buenos Aires porque se intervenía en sus frecuencias”, criticó Ayala.



La competencia es por tener mayor potencia en la transmisión

De acuerdo a lo declarado a El País eN por parte de propietarios de algunas emisoras es muy difícil tener la documentación al día para una radio comercial, ya que se necesita una inversión de 150 mil dólares sólo para la licencia y para poder tener una potencia de 1 ó 2 kilo watts, razón por la que ninguna de las radios de la colectividad boliviana pertenece a esta categoría.
Con la nueva Ley de Servicios Audiovisuales promulgada en 2009 se creó la Autoridad Federal de Comunicación Audiovisual (Asfca) para regular los servicios; éstos pueden ser clasificados como estatales, privados con fines de lucro y privados sin fines de lucro.
En 2009 esta nueva autoridad inició un relevamiento de radios para su posterior regularización pero hasta la fecha no se avanzó en ésta. La mayoría de las radios continúan funcionando sin mayores controles.
En este contexto, los propietarios no se preocupan por regularizar su situación legal y la competencia se concentra en tener mayor potencia para la transmisión, en especial en zonas como Mataderos o Flores, donde el espectro electromagnético está totalmente saturado.
Algunos propietarios señalan que se dieron y se dan casos en los que se transmitía por un dial, pero otro compatriota con más presupuesto ponía otra radio con mayor potencia en el mismo dial y tapaba a la primera radio. De esta manera, existían radios que operan en dos frecuencias y tienen repetidoras para llegar a mayor audiencia, como también habían propietarios de más de dos emisoras en diferentes zonas de la ciudad.
Los entrevistados señalan que de lo que si se tiene cuidado es de no interferir con radios legalmente establecidas porque en ese caso si pueden haber problemas y pueden ser objeto del decomiso del equipo y de los transmisores.

Competencia
Para llegar a mayor cantidad de personas, en esta competencia que se tiene entre las mismas radios de la colectividad, las radios más grandes y populares implementaron páginas web, donde transmiten por el sistema real y pueden ser escuchadas en diferentes lugares del mundo.
Javier Condori propietario de radio Taypi destaca que es muy difícil obtener permiso, incluso como radio comunitaria porque una de las normas es que el propietario sea argentino, al igual que parte de la programación; además que exigen que no se pase de un kilo watts de potencia, siendo que para cubrir los barrios con presencia de la colectividad se necesita por lo menos unos 4 kilo watts de potencia.
Condori, señala que a pesar de la competencia se busca el servicio a la colectividad y se tienen espacios dedicados a la educación, difusión de actividades culturales, y organización de eventos de solidaridad. Destacó que en los pasados meses, junto a otras emisoras de la colectividad, se logró recaudar 250 mil pesos para ayudar a Rosita, la muchacha que fue rescatada de un taller textil donde era explotada y abusada.
Por otra parte, Gisela Pacheco conductora del programa Sentir Boliviano que se transmite por radio América Latina señala que a pesar de que las radios bolivianas no tienen licencia de funcionamiento son la voz de la colectividad boliviana y la difusión de sus raíces.
Por su parte Julián Arias, tarijeño y conductor de un programa en radio Metropolitana, destaca que a través de la radio se puede difundir la cultura y sentir boliviano mediante la música. Resalta que a través de la promoción de las tradiciones se vuelve al pago.



Programación y costos de difusión

Entre un 50 y 70 por ciento de la programación de las diferentes radios es alquilada a programas independientes, el costo de estos espacios varía de acuerdo a la franja horaria y los días de la semana, pero se tiene un promedio de 100 pesos argentinos por hora. Los costos de pauta publicitaria por parte de los anunciantes varían entre los cien pesos argentinos hasta más de 2 mil pesos por mes en las radios más populares.
En la mayoría de las radios la programación está basada en programas musicales con música folclórica boliviana y cumbia chicha, entre otros ritmos que destacan, además de informaciones de Bolivia, contactos en directo con personajes, promoción de conciertos, festividades folclóricas, y religiosas. De igual forma destacan los espacios para avisos clasificados y también existen algunos sectores para denunciar la explotación laboral y las malas condiciones de trabajo.

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