domingo, 9 de agosto de 2015

Algunos migrantes que retornan ven un país sin oportunidades

Retornar a Bolivia ha sido para muchos migrantes que volvieron de España un reconfortante reencuentro familiar, pero también un golpe de desilusión a sus expectativas de establecerse en el país. De los 10 entrevistados que viven en España (todos están más de una década) 8 volvieron alguna vez, 3 de los cuales tenían la intención de reincorporarse a la sociedad boliviana, pero ninguno cumplió su propósito.

Según las cifras del Consulado de Bolivia en Madrid, España, 2009 se considera el año en el que había más bolivianos en España, 300 mil.

Debido a la crisis económica que azotó Europa en general, hasta 2014 más del 50 por ciento de ciudadanos bolivianos retornó al país.

Un informe del Banco Central de Bolivia revela que en los últimos años al menos 100.000 migrantes bolivianos en España dejaron ese país y, en su gran mayoría, retornaron a Bolivia con vasta experiencia, conocimientos y nuevos recursos para contribuir al crecimiento de la economía nacional.

De las 10 personas encuestadas, 8 retornaron al país por lo menos una vez, algunos con la intención de volver definitivamente, otros para ver las posibilidades de regresar, pero todos decidieron volver a España.

¿Cuáles son los factores que desilusionaron a los compatriotas al volver a Bolivia?

Las respuestas son coincidentes y hacen referencia, inicialmente, al tema laboral.

Los migrantes que retornaron, vieron con tristeza las pocas oportunidades de un empleo digno en Bolivia -con seguro social, beneficios, un sueldo y un buen ambiente de trabajo-, la informalidad y la competencia desleal al momento de emprender alguna actividad y el contrabando, entre otros.

TESTIMONIOS

Javier P., de 31 años, salió de Bolivia a los 19 años y retornó cuando tenía 22, con una pequeña hija. “La mayoría de mis amigos tenía su negocio o trabajo y yo nada. Tampoco podía estudiar porque tenía mi hija y empezar de cero, cuando aquí ya estaba acomodado, no valía la pena”, afirma.

Para Adela F., de 45 años, volver después de 15 años en España era prácticamente imposible. A mi edad en Bolivia sería difícil encontrar un trabajo, además acá ya tengo mi casa y allá no nada”, cita.

En el ámbito educativo, lamentan los constantes paros y protestas tanto en educación primaria como superior.

En el tema de servicios, lamentan que hasta ahora el transporte urbano e interprovincial sea tan caro y deficiente.

Les cuesta creer que la telefonía celular, el internet y el cable sean todavía servicios de alto costo, pese a que su cobertura no es de las mejores.

Asimismo, la mala atención en las entidades públicas representa una decepción para quienes difícilmente tropezaron en España con el típico “vuélvase mañana”, propio de funcionarios burócratas.

La basura y la saturación del comercio informal en las calles “muestran un cotidiano nada agradable para todos, y más aún para los visitantes”, afirma Javier P.

El chisme en torno a la vida de los demás también es criticado. “Aquí -en España- uno puede pararse de cabeza y nadie te dice nada. En Bolivia no puedes mover un dedo sin que la vecina se entere o te critiquen y juzguen”, señala Esperanza F., quien es madre soltera y vive en Barcelona con su hijo.

La distracción es para los bolivianos en España un tema complementario, pero importante en el cotidiano vivir.

“Lo que lamento, en el caso particular de Cochabamba es que no haya un fomento real y decidido a la cultura. En España cada día hay una oferta amplia para ver, visitar y disfrutar”, lamenta Patricia, quien salió de la Llajta hace 12 años.

Javier P., en cambio, vio un avance importante en la construcción de plazas de comida, parques y cines, pero que están centralizados en Cercado y el acceso para las familias de provincia es complicado por el alto costo que representa una salida.

Aunque la gastronomía es el gancho con el que seduce Cochabamba, los malos hábitos en el manejo de alimentos siempre ha traído malos recuerdos a algunos bolivianos que volvieron de España. “No podía comer todo lo que tanto había extrañado, durante dos semanas me la pasé enfermo”, cita Raúl R.

Y con esta experiencia, muchos se vieron golpeados con la deficiente atención en los servicios de salud, tanto públicos como privados.

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