viernes, 15 de abril de 2016

Audio Maestra, sorprendida por el impacto de la historia de niña boliviana

Lucía Gorricho, la maestra argentina que hizo pública la evaluación que tomó a una niña boliviana en su escuela, jamás pensó la repercusión que la historia alcanzaría en su país y en Bolivia, no solo por el relato vivencial de la pequeña sino por la posibilidad de que se abra el debate sobre la educación y la realidad de muchos migrantes en su país.

En una entrevista exclusiva con Los Tiempos, la educadora habló sobre el encuentro luego del revuelo en las redes sociales y los medios de comunicación.

Ayer la volvió a ver. “¿Sabina, te contaron lo que está pasando con tu evaluación?, está circulando por Internet y salió en la televisión, le dije… Pensó que era broma”, así relata la maestra ese momento ocurrido en la misma escuela de Sierra de los Padres, Mar del Plata.

Pero además, Lucía le regaló un cuaderno para que haga un diario de todas sus historias. "Me pareció muy interesante que siga escribiendo", manifestó.

Ante este obsequio, la respuesta de la niña volvió a sorprenderla.

"No sé qué es un diario, ¿qué voy a escribir? Yo no sé escribir". La maestra la motivó una vez más: "Escribe lo que te pasa todos los días, en tu casa, en la escuela, lo que hiciste, con quién hablaste".

Luego, Lucía le entregó un papel con lo que escribió en su blog y algunos comentarios que había seleccionado con su familia para que ella los lea.

La niña explicó en su evaluación detalles sobre la frutilla, donde "trabajan aproximadamente 200 personas que cosechan la fruta, limpian el campo, sacan las hojas, sacan la maleza, tienen que carpir. Ahora pagan más que antes aún mejor, pagan todo lo que hacen si carpean, limpian la cunita, etc. Algunos niños trabajan ahí aproximadamente de la edad de 13 años para arriba y algunas embarazadas también pero no hacen tanto esfuerzo o si no, no trabajan. Eso depende de ellas. A veces lo hacen para ayudar a sus maridos. Algunos de ahí, bueno casi todos, son juntados. Casi todos los bolivianos trabajan en el campo y siempre llegan cansados y que no le toman importancia a los hijos que nunca le preguntan nada qué cómo estás o algún problema en la escuela".

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Imagen de la evaluación de la niña.

Desde la publicación de la historia, llamadas, mensajes de admiración y muchas notas en medios de comunicación, sorprendieron a la profesora, primero por cómo la gente vio la historia, pero también porque considera que es una oportunidad para profundizar sobre la crisis de la educación en las aulas.

"Se hace necesario y urgente revolucionar el sistema educativo ese que busca disciplinar, callar y domesticar desde la posición de los cuerpos sentados en sillas hasta los contenidos que se abordan, que ya son fuera de actualidad", dice Lucía.

Para ella quienes están a cargo de la educación deben funcionar más como coordinadores que como personas con el saber a transmitir.

"La práctica de enseñar y evaluar, de recordar fechas y datos no ayuda a la reflexión y el pensamiento", asegura la profesora, convencida de que se necesita cambiar la esencia del sistema educativo porque más allá de todo están los seres humanos y lo que les toca vivir como en el caso de Sabina.

Según Lucía, esta niña debe ser una muestra de que aún hay mucho por caminar en el tema de la identidad y la situación de los migrantes pues así como ella hay miles de casos que deben llevar a una reflexión.

"La situación de ella es casi la misma de las niñas y los niños que están en este curso, entonces ¿por qué a ella un trato diferencial o diferente? Si hay mejoras me gustaría que se hagan para la escuela o la comunidad y no solo para ella", manifiesta Lucía.

Tras la visualización de la historia, la educadora dijo que fue contactada por algunas autoridades bolivianas para recibir un reconocimiento, pero considera que este no es el momento preciso porque su objetivo más que todo fue mostrar una historia que puede generar empatía y atención a otras realidades en la educación.

"Que sirva esto para reflexionar en cómo son las relaciones entre las personas, cómo concebimos el trabajo y la educación", añade la maestra, quien quiere ante todo, proteger a la menor.





A Lucía muchos la calificaron en las redes sociales como una maestra modelo y ejemplo dentro de la educación, pero ella también tiene un compromiso con la defensa de los derechos humanos de las mujeres desde hace mucho tiempo.

"Me cambió la vida relacionarme con las mujeres, ayudarnos unas a otras, esto tiene que ver con una lucha global (…) hace mucho tiempo que trato de generar puentes de comunicación y saltar las barreras que hay en los estados y en las cabezas, es una lucha contra los prejuicios. Creo que el sistema capitalista le está haciendo mucho daño al mundo porque le pone precio a cosas que no pueden tenerlo", dice.

Lucía Gorricho, tendrá siempre esta historia para contar pero sobre todo la certeza de que aunque algo sea "difícil, no significa que sea imposible". Esta motivación viene de su más apreciado tesoro, su pequeño hijo de 11 años, por el que quiere seguir luchando construyendo un mundo más tolerante.

Escucha la entrevista completa:

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