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sábado, 14 de mayo de 2016

Suárez hace salud y periodismo en Bérgamo, Italia

El cochabambino Crhistian Edgar Suárez Altamirano vive en Bérgamo, Italia, hace 11 años y para tener un ingreso relativamente bueno trabaja como operador sociosanitario y hace periodismo.

En la Llajta, antes de su partida no pudo encontrar un trabajo seguro y con ítem que le permita poder mantener a su familia: una esposa y cuatro hijos. Una de ellas tiene un problema de salud en los riñones.

“Me fui de Bolivia porque no pude conseguir un trabajo continuo, un trabajo con ítem en alguna empresa que me permita tener un seguro médico que pueda abarcar incluso a mis hijos. Teniendo un seguro privado me costaba mucho. Tuve muchos más problemas porque se descubrió que una de mis hijas tenía un problema en los riñones, que me costaba mucho y por eso tuve que salir del país”, comenta Suárez, quien estudió Comunicación Social en la Universidad Católica Boliviana de Cochabamba.

El último hijo del valluno nació en Italia y desde que se fue a Bérgamo, con toda su familia, ha buscado trabajo en todas las áreas posibles. Tuvo que pasar cursos de Enfermería para poder encontrar un puesto laboral más o menos fijo.

“Pasé unos cursos de enfermería. Hay más mercado laboral en este campo para los varones. Ya sé hablar muy bien el italiano. Por lo tanto, ha mejorado mucho mi vida aquí”, asegura.

Suárez reconoce que en Bérgamo existe mayor oferta laboral para las mujeres. Se dedican a cuidar adultos mayores, a ser trabajadoras del hogar o finalmente atienden a menores. En cambio, los varones consiguen trabajos en la construcción o en la limpieza.

De los aproximadamente 20.000 bolivianos que viven en Bérgamo, el 60 por ciento es mujer.

El valluno, hijo de Édgar y Ana y hermano de Gustavo, también hace periodismo en el viejo continente.

“Produzco una revista de comunicación, conduzco un programa radial desde Italia para la radio CEPJA (FM 90.1) de Cochabamba denominado Sin Fronteras y hago también reportes televisivos para Canal 11 Televisión Universitaria de Cochabamba (UMSS)”, expresa Suárez.

Édgar asegura que los hechos periodísticos más importantes que ha cubierto son la Expointernacional 2015 en Milán; la bendición que hizo el papa Francisco a las Vírgenes de Urcupiña y de Copacabana en Roma y cada año realiza de manera especial grabaciones de la festividad de la Virgen de Urcupiña en Bérgamo, la más grande en Italia.

LA FAMILIA Crhistian Suárez cuenta que a un principio se sentía muy extraño y mal, como un pez fuera de su pecera. “Se extraña a la familia, a los amigos, el idioma, la comida cochabambina y tantas otras cosas”.

Su voluntad y la lucha por su familia hizo que con el pasar del tiempo, vaya conociendo mejor Bérgamo, los lugares, el mercado, la farmacia, las escuelas y toda la ciudad.

“Uno se adapta, pero lo que aún me sorprende es que ya no me siento migrante en Bérgamo. Me siento así solo cuando estoy en el avión. Italia ya es mi segundo hogar”.

Suárez aún no tiene planes de volver a Bolivia, pero despierta todos los días pensando que algún día estará dando una sorpresa a sus padres y a sus amistades. “Tengo planeado volver a Bolivia, como cualquier otro migrante, pero no ahora. Es muy difícil tomar la decisión, incluso mis hijos ya están acostumbrados en Bérgamo”.

“La cultura europea me trajo a Milano”

Max Ronald Tito Vargas, un potosino que vive en Milano hace 10 años, asegura que se fue a Italia por la magia de la cultura europea.

El oriundo de Siete Suyos (Potosí), egresado de la carrera de Ciencias de la Educación de la UMSS, cuenta que ya tiene la residencia permanente en Milano y gracias a ella ha tenido la posibilidad de conocer la arquitectura, la economía, la cultura y la religiosidad de ciudades como Florencia, Milán, Roma y Venecia.

“Me vine a Italia porque buscaba mejorar mi economía, pero personalmente porque la riqueza cultural que tiene Europa es impresionante”, explica el potosino de 44 años. Tito trabaja en un hospital como asistente general en distintos ambientes de la sanidad, aunque reconoce el tiempo que le dedica a su fuente laboral es demasiado agobiante y saturado. “Vivimos en un sistema laborativo que te absorbe bastante tiempo y energía, descuidando distintos aspectos de nuestro desarrollo personal integral: la familia, el ocio y las relaciones sociales, entre otros”.

El sietesuyeño tuvo que estudiar en Italia para poder conseguir un empleo más seguro. Sacó el título de Técnico en Salud (OSS, Operatori Socio Sanitari).

Su retorno a Bolivia está condicionado a la residencia que tiene en Italia. Tito explica que si pierde la residencia por viajar a Bolivia, puede también perder automáticamente su estadía en el país europeo.

“Si perdemos la residencia estamos con un pie afuera. Ya no se puede renovar fácilmente”.

Quienes tienen residencia permanente en Italia no pueden estar fuera por más de seis meses.


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