jueves, 9 de marzo de 2017

Familias bolivianas tienen el 80% de las verdulerías en Buenos Aires, Argentina

Muchos de los inmigrantes provenientes de Bolivia que desembarcaron alrededor de 40 años atrás en la Región en busca de mejores perspectivas de vida llegaron con la propuesta de convertirse en “medieros” (ponen la mano de obra y las herramientas y van “a medias” en las ganancias con el dueño de la tierra). La otra gran ola inmigratoria proveniente del país vecino se dio entre fines de los 90 y principios de 2000.

Muchos dejaron de ser medieros para transformarse en propietarios de lotes para la producción. Esa transformación explica, de alguna manera, la explosión comercial, de un tiempo a esta parte, en el rubro de las verdulerías, que se expande, tanto en el casco histórico de la Ciudad como en los barrios de las zonas de la periferia. La gran mayoría de los locales de venta de hortalizas y frutas que han abierto en los últimos años son atendidos por sus dueños bolivianos o por empleados de la misma colectividad. Gran parte de ellos, incluso, producen en el cinturón verde de la Región lo que luego comercializan como minoristas.

Según estima el Director de Producción del Municipio, Rodolfo Gentile, en ciudades como La Plata donde hay mayor concentración urbana, “se alcanza el promedio de una verdulería por manzana”.

Así mismo ,en territorio platense se extiende una de las mayores actividades hortícolas del país. Tan importante es el nivel de producción local que de esta región salen casi todas las hortalizas que se consumen en una mesa familiar. La fruta llega a la Región desde otras provincias, pero el trayecto que realizan esos productos hasta llegar a los hogares platenses es bien corto, ya que se cosechan en las 6 mil hectáreas fértiles que suman Olmos, Etcheverry, Romero y Abasto, Arana, Gorina, Colonia Urquiza y el Parque Pereyra.

Sociologos hablan de “escalera boliviana” para explicar el proceso de movilidad social ascendente de cuatro pasos en la estructura de la cadena hortícola. En la escalera empiezan como peones, después son medieros, más tarde arrendatarios y, si logran capitalizarse, compran la tierra.(El RESIDENTE)

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