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martes, 8 de marzo de 2016

Bolivianos sin empleo viven de la asistencia en Argentina y España

La crisis económica que afecta a Brasil y Argentina empieza a cobrar factura entre los bolivianos que migraron a esos países. Decenas de compatriotas, según algunos testimonios recogidos por este diario, se quedan sin empleo y están obligados a sobrevivir de la asistencia que brindan organizaciones civiles, con el apoyo de sus familiares o del Estado.

Otros se ven obligados a aceptar trabajos precarios y temporales, sin los beneficios de la seguridad laboral, en Argentina, Brasil y España, donde se encuentran las comunidades bolivianas más numerosas.

En Argentina, algunas familias desesperadas llegan al extremo de buscar alimentos entre los desperdicios, porque se encuentran sin empleo y no tienen dinero, informa el periodista David Tejerina, quien dirige el diario digital de la comunidad boliviana Infodiez.com.

Los que tienen familiares en Argentina reciben el apoyo en alimentos, pero solo por un tiempo.

En el caso de España sucede algo similar. Muchos de los bolivianos que radican en ese país, se ven obligados a aceptar empleos temporales y precarios, según la concejal del Ayuntamiento de Murcia, Margarita Guerrero Calderón.

Esta autoridad, de origen ecuatoriano, asegura que cuando las familias bolivianas se quedan cesantes, al igual que muchas españolas, tienen que asistir a Cáritas (organización de la Iglesia católica) o entidades sin ánimo de lucro y bancos de alimentos para recibir comida.

DIFICULTADES

Tejerina confirma que los bolivianos en Argentina están perdiendo sus empleos y, por ende, su principal fuente de ingresos.

A los despidos se suman otras tres dificultades para los bolivianos: El incremento en las tarifas de los servicios básicos (agua, luz y gas), hasta en un 60 por ciento , los trabajos precarios que se ven obligados a aceptar (sin protección laboral), lo que les imposibilita realizar reclamos porque no tienen cómo justificar sus demandas y la falta de estudios superiores.

Asegura que el 95 por ciento de los bolivianos que llegó a la Argentina no tiene título profesional, lo que les impide contar con un empleo bien remunerado.

MEDIDAS

La crisis económica en Argentina se ahondó, según los bolivianos entrevistados, desde que Mauricio Macri asumió la Presidencia de Argentina el 10 de diciembre de 2015, por la implementación de varias medidas.

Una disposición que el Gobierno de Macri dispuso fue el denominado "tarifazo" eléctrico, al quitar los subsidios al consumo de este servicio básico.

Gracias a los subsidios, los habitantes de Buenos Aires tuvieron una de las tarifas eléctricas más bajas del mundo, pero que se incrementó hasta en 300 por ciento , según un reportaje publicado por BBC Mundo.

Otra medida aprobada por Macri fue la de los despidos masivos de funcionarios públicos, especialmente de aquellos que fueron nombrados en los últimos meses de 2015 por las autoridades salientes.

El problema de esta disposición, según el boliviano Damián Calderón, quien reside en Argentina desde hace cinco años, es que estos funcionarios despedidos se convierten en competencia para los bolivianos y los mismos argentinos en los diferentes rubros de trabajo.

"Hay más gente desempleada y la oferta de mano de obra se multiplica. Los precios de los jornales bajan y hay menos oportunidades", afirma Calderón, quien todavía cuenta con un ingreso fijo.

Para acceder a un empleo y no ser víctima de la discriminación, cientos de bolivianos optaron por naturalizarse como ciudadanos argentinos.

“Antes de que el presidente Evo Morales llegue al Gobierno, ser boliviano en Argentina era la peor escoria humana. Por ello, el peor insulto que te pueden decir es “bolita”, que hace referencia a una persona de color, pobre y humillada, de un país endeudado y sin empleo”.

No obstante, muchos de los bolivianos que llegaron en las décadas pasadas lograron sortear lo peor de la crisis de Argentina, especialmente en 2001.

“Saben que la única solución para sobrevivir a una crisis es trabajar y tratar de no endeudarse”.

BRASIL

En Brasil, donde residen 64.621 bolivianos, según el Instituto Nacional de Estadística (INE) de Bolivia, el cierre de los talleres de costura causa preocupación entre los compatriotas que trabajan en ese rubro.

Pablo Gonzales, quien se dedica a confeccionar ropa desde hace tres años en un taller de Sao Paulo tuvo que aceptar la reducción de su salario ante la posibilidad de quedar sin empleo. El dueño de la empresa le paga ahora cerca de 15 centavos de dólar por cada prenda que confecciona, después de algunos descuentos.

Un último informe del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) da cuenta de que Brasil se contrajo un 3.8 por ciento en 2015 y sufrió así su mayor recesión económica en los últimos 25 años.

Este dato, según la agencia española EFE, refleja la acentuada crisis que atraviesa el país que durante años fue la locomotora de América Latina.

ESPAÑA

La situación del desempleo en el país ibérico preocupa también a los españoles, pero más a los ciudadanos extranjeros.

Un reportaje del diario digital 20minutos.es señala que en ese país la cifra de desempleados asciende a 4.152.986 personas.

El Ministerio de Empleo y Seguridad Social de España confirmó que el número de desempleados sigue por encima de la barrera de los cuatro millones y que los colectivos más afectados son, por ahora, las mujeres y los menores de 25 años.

El sector que expulsó a más trabajadores es el de la agricultura.

Para acceder a un trabajo más estable y con mayores beneficios, los bolivianos optan por la nacionalidad española.

El Instituto Nacional de Estadística de España informó en diciembre de 2015 que 20.895 bolivianos lograron la nacionalidad española, durante la gestión 2014.

Este mismo año, un total de 205.880 residentes extranjeros obtuvieron la nacionalidad española, un 8.8 por ciento menos que 2013.

¿TRABAJO ESCLAVO?

Una investigación del diario digital Infodiez.com revela que el denominado trabajo esclavo sigue vigente en Argentina. Uno de los empleados que confeccionaba ropa para una línea conocida en ese país documentó, mediante una cámara oculta, las deplorables condiciones en las que se encontraban los compatriotas.

En este taller de costura, ubicado en el barrio de Mataderos, de Buenos Aires, trabajaban 13 costureros de origen boliviano, varios de ellos en situación migratoria irregular, sin documentación, obligados a la servidumbre y el hacinamiento.

La cámara muestra que convivían en habitaciones pequeñas, donde trabajaban, comían y dormían.

Cumplían jornadas extenuantes desde las siete de la mañana hasta las 22:00 horas. A cambio recibían 1.800 pesos argentinos (unos 114 dólares).

Infodiez.com señala que los costureros estaban encerrados y para ir a hacer un simple mandado a la calle y traspasar la puerta de hierro, debían dejar siempre sus pertenencias como garantía de que no escaparían.

En el taller de costura se puede apreciar también a varios niños, hijos de los costureros, que estaban sometidos al encierro y compartían un mismo baño en condiciones bastante precarias.

Esta investigación, en la que se involucra a la esposa del presidente de Argentina, Mauricio Macri, fue publicada el 16 de febrero de 2016.

Según Infodiez.com, Juliana Awada, primera dama de Argentina, administra esta empresa en la que se estaría esclavizando a los bolivianos.

REMESAS

Pese a la crisis económica que afecta a los bolivianos que residen en el exterior, las remesas que envían al país representan montos importantes.

Un informe del Banco Central de Bolivia (BCB) señala que durante la gestión 2015, el país recibió 1.178 millones de dólares, monto mayor en 1.28 por ciento respecto a 2014.

En 2015, las remesas por origen provinieron de España (41.7 por ciento ), Estados Unidos (16.5 por ciento ), Argentina (10 por ciento ), Brasil (8.7 por ciento ) y Chile (5.8 por ciento ).

CENSO

Según datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística de Bolivia, casi medio millón de bolivianos reside fuera del país.

El Censo Nacional de Población y Vivienda, realizado en 2012, concluyó que 489.559 bolivianos viven en el exterior. De este total, 187.011 residen en Argentina (38.2 por ciento ), 116.515 se encuentran en España (23.8 por ciento ) y 64.621 están en Brasil (13.2 por ciento ).

Otros países que albergan a numerosas comunidades bolivianas son Chile con 28.883 personas (5.9 por ciento ); Estados Unidos con 20.561 (4.2 por ciento ) y el resto 14.7 por ciento vive en otras naciones.

Hay trabajo, pero precario y mal pagado en España

Margarita Guerrero

Concejal Murcia (España)

Los migrantes procedentes de Latinoamérica en España atraviesan problemas derivados del desempleo. Con el efecto de la burbuja inmobiliaria (especulación en el mercado de bienes inmuebles) muchas personas que trabajaban en la construcción se quedaron sin empleo.

El cuidado de personas es otro sector en el que trabaja este colectivo (migrantes de países latinoamericanos), mayoritariamente mujeres, mientras que los hombres se ocupan más del sector agrícola.

Además de las altas cifras de paro (desempleo) hay que tener en cuenta las condiciones del mismo, cada vez más precario y temporal. Salarios más bajos y jornadas más largas.

Para sortear la crisis económica, lo que hacen los bolivianos es trabajar más, aunque eso signifique sacrificar tiempo de ocio o de estar con la familia, por lo que hemos comentado antes de la precariedad y temporalidad laboral. No obstante, trabajar más no significa tener garantizadas las necesidades básicas.

La crisis económica afecta a bolivianos y migrantes de otras nacionalidades, que se ven perjudicados por las mismas condiciones laborales, la facilidad del despido a raíz de la reforma laboral. Esto, sumado a que existe mucha oferta y poca demanda, da como resultado salarios bajos.

Pero más que perder las fuentes de trabajo existe una competencia aún mayor por mantener empleos precarios.

Cuando un trabajador es despedido, algunos tienen derecho a cobrar paro (prestación por desempleo) porque han cotizado los meses suficientes, pero siempre que tengan la tarjeta de residencia o la nacionalidad. Otros suelen hacer trabajos informales, sin contrato, pequeñas tareas y obras que les permita subsistir.

Algunos reciben subvención por desempleo según lo cotizado.

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