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martes, 8 de marzo de 2016

El cierre de talleres expulsa a los bolivianos asentados en Sao Paulo

“Se especula que el número de bolivianos en Brasil llegó hasta 600 mil, pero debido a la crisis muchos están retornando”, asegura el sociólogo Eduardo Schwartzberg, quien reside actualmente en ese país.

Explica que la crisis económica que afecta al gigante de Sudamérica se evidencia en la reducción de personal en los talleres “que antes contaban con hasta 20 operarios y ahora este número se redujo a dos o tres personas”.

Y si bien es difícil hablar sobre una cantidad exacta o muy aproximada, por las condiciones que caracterizan a la migración en Brasil, el sociólogo afirma que los datos oficiales no reflejan la realidad que se ve en los barrios de la ciudad, principalmente los fines de semana, cuando los bolivianos salen del trabajo para pasear.

COSTURA

Schwartzberg, quien actualmente realiza una maestría en la Universidad de Sao Paulo, puntualiza que de manera general la crisis afectó muy duro a la sociedad brasileña. En el caso de los bolivianos, de manera directa, porque un gran porcentaje trabaja en costura, en la confección de prendas de vestir para firmas de todo tipo.

“Por la crisis general, bajó el consumo y el volumen de prendas para confeccionar”.

Con la depreciación del real (moneda brasileña), Schwartzberg considera que ya no es muy atractivo seguir en Brasil, por lo que los jóvenes y solteros tienen la posibilidad de volver a Bolivia.

Ese es el caso de los hermanos Carlos y Edy Paniagua, quienes después de permanecer en Brasil durante cuatro años, decidieron en enero volver a Bolivia, porque el taller de costura en el que trabajaban en Sao Paulo redujo personal.

Una vez que llegaron a Bolivia, los dos hermanos decidieron que era hora de concluir con sus estudios, Carlos, de 24 años, apunta a especializarse en gastronomía, y Edy, de 22, quiere instalar una vidriería, y terminar la secundaria en un colegio nocturno.

OPCIONES

Los talleristas (como se llama a los dueños de oficinas de costura) fueron perdiendo el trabajo terciarizado de empresas con las que trabajaban, lo que afecta directamente a los bolivianos que trabajan en ese rubro.

Los dueños de estos talleres, que en muchos casos son también bolivianos, no pueden retornar al país porque tienen familias consolidadas en Brasil.

En cambio, los operarios tienen más opciones como el retorno o buscar otros talleres que aún tengan bastante trabajo.

Las personas que no tienen un empleo no reciben ningún tipo de subvención en Brasil.

“Si no llegaste por alguna red de parentesco, la situación es muy difícil. Los riesgos son muy grandes”, señala Schwartzberg.

Al contrario, si un boliviano sabe que está yendo a trabajar por lo menos con gente de su misma provincia, que tendrá un lugar para dormir y comer, puede proporcionarle cierta seguridad. Pero el viajar solo es una carta a jugar muy grande.

En todo caso, existe la Missao Paz que ayuda a los recién llegados con vivienda y alimentación, dependiendo de la situación, pero la cantidad de inmigrantes y refugiados de Haití y de África, de estos últimos años, produjo que ésta como otras instituciones tengan menos posibilidades de garantizar mejores condiciones de ayuda a los bolivianos.

Trabajan hasta por 16 horas seguidas

Las jornadas laborales en los talleres de costura varían entre 10 a 16 horas, según Marcelino Díaz, un sastre que viajó a Brasil hace 10 años.

Los talleres clandestinos son los que extienden sus horarios de trabajo hasta 16 horas y obligan a sus operarios a comer en el mismo lugar de la fábrica, cerca de las máquinas.

Fiscalizan el trabajo de talleres de ropa

El rubro de la confección de ropa es uno de los más requeridos por los bolivianos que migran a Brasil. El eventual cierre de los talleres de ropa, instalados en Sao Paulo, afecta a las familias que viven de esta actividad. Una mayor fiscalización a los talleres de costura está provocando el cierre de muchos de ellos.


1 comentario:

  1. Tendremos que encontrar otras actividades. Por eso apoyo la defensa de nuestra reivindicación marítima, y al Arq. Rodolfo Piérola E. Presidente del Consejo Internacional de Residentes Bolivianos en el Exterior.

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