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martes, 8 de marzo de 2016

En España aceptan empleos precarios y de media jornada

El cierre de empresas, la reducción de las jornadas laborales y las interminables filas de bolivianos en busca de trabajo son algunos de los indicadores que advirtieron a los migrantes sobre la crisis que se avecinaba en España.

Las ofertas de trabajo son casi inexistentes y los que conservan una fuente de empleo no ganan lo suficiente para cubrir los gastos de primera necesidad como son la comida y el alquiler de la vivienda.

En este punto de la crisis es que los bolivianos en España se encuentran ante una disyuntiva: Retornar a Bolivia o probar suerte en otro país.

Los bolivianos que optan por quedarse en España, pese a las adversidades, se ven obligados a aceptar trabajos en malas condiciones, sin contrato, sin seguridad social y con un sueldo “triste”.

Reina Ticona Olivera es una boliviana que radica en Murcia (España) y ella, al igual que sucede con miles de compatriotas, es testigo de la crisis económica que no da tregua a los trabajadores, y con más dureza a los que llegaron de otros países.

La crisis se empezó a sentir con más fuerza en 2010. “El rubro de la construcción se paraliza y los empleadores empiezan a reducir la jornada laboral completa a media jornada o por horas”.

“La necesidad ha obligado a mucha gente a aceptar estos trabajos precarios. Es indignante, pero es la realidad”, afirma Ticona Olivera.

Wilfredo Morales tiene 27 años y trabaja en el rubro de la construcción en Barcelona. Viajó desde Cochabamba a España hace tres años con el objetivo de ahorrar, retornar a Bolivia para comprarse un vehículo y una vivienda.

Al principio ganaba como promedio 700 euros por mes, pero este monto se ha reducido hasta 300.

Pese a este “mal momento”, decidió quedarse en Barcelona porque en Bolivia no tiene ningún compromiso. Agrega que permanecerá en ese país hasta que “la cuerda aguante”.

Ticona Olivera afirma que esta situación de crisis le hace recordar lo que acontecía en Bolivia en los años 2003 y 2004, por lo que decidió salir del país y migrar a España.

No obstante, tiene la esperanza de que la situación económica mejore para beneficio de todas las familias bolivianas.

Afirma que al margen de la crisis económica que afecta a España y otros países del mundo, el esfuerzo de los migrantes se ve reflejado en las remesas que envían a Bolivia.

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Juan Abel Fernández Rocha reside en Madrid, España, y asegura que cuando el boliviano pierde su empleo se convierte en “mil oficios”, vale decir que se amolda a cualquier tipo de trabajo y no le importa si tiene que cambiar de rubro con tal de no verse en una difícil situación económica.

En su opinión, la crisis implica una oportunidad para mejorar. Él comenzó como empleado, pero terminó siendo un empleador. “En tiempos de crisis tuve que hacer ajustes”.

En cuanto a los bolivianos que se quedan sin trabajo en España, asegura que los que tienen familiares tratan de usar sus contactos para conseguir un nuevo empleo y recurren a los centros de ayuda del Estado y las Iglesias católica y cristiana.

Las personas que tienen sus papeles en regla aportan un determinado porcentaje de su sueldo a fondos de desempleo y cuando son despedidos cobran un pequeño fondo, que representa menos de la mitad de un salario mínimo.

Mientras que los que viven de manera ilegal en España y pierden su trabajo, que casi siempre es temporal, no tienen derecho a reclamo alguno.

La única opción que les queda es acudir a centros de asistencia, formar largas filas, desde las tres de la mañana, por unos cuantos alimentos que llevan a su casa para compartirlos con su familia.

Y como una última opción, muchos paisanos han tomado la decisión de volver a Bolivia, al encontrarse sin trabajo, pero con las manos vacías.

“Es un retorno voluntario que te ofrece el consulado de Bolivia. Les ponen un contenedor, a los que deciden volver, para que lleven sus pertenencias hasta llegar a Bolivia”, puntualiza Fernández.

El efecto de la crisis ha sido devastador para muchas familias
Germán Vargas/Comunicador social (Reside en España)

El efecto (de la crisis económica) ha sido devastador para los inmigrantes, sobre todo para quienes se dedicaban al ámbito de la construcción, por tanto, la mayoría de los varones inmigrantes de nuestro país.

Al quedarse sin trabajo, muchos han optado por retornar a Bolivia, otros aguantan con la prestación del paro (desempleo) y algunos se han quedado simplemente para poder consumir la prestación y luego volver a Bolivia.

Una forma de campear la crisis, consiste en que el varón se quede en casa y la mujer trabaje de forma asalariada, en el cuidado de personas mayores.

Quienes tienen muchas dificultades son los bolivianos que no han constituido una familia, pues si se quedan en el paro no tienen el apoyo familiar para soportar la situación.

Uno de los grande efectos de la crisis es que hay mucho menos bolivianos. Eso se nota más en las grandes ciudades, donde muchos negocios, también de bolivianos, han quebrado, por ejemplo restaurantes, tiendas de alimentos y alguna sala de fiesta. Esto sobre todo en Barcelona.

Los salarios se han reducido para los propios españoles y con más dureza para los inmigrantes. En el pasado reciente era casi algo peyorativo ser “mileurista” (ganar menos de 1.000 euros), ahora esto es casi un halago, pues los sueldos en el ámbito de la hostelería y los servicios en general no pasan de los mil euros.

Esta situación es aprovechada por los empresarios, que pretenden hacer riqueza a costa de los necesitados de trabajo que venden su fuerza laboral por muy poco, es decir, por aquello que les permite sobrevivir.

Con la crisis también han empeorado las condiciones de trabajo, aumentando las horas de servicio, junto a una reducción de los salarios.

1 comentario:

  1. Ni modo, la necesidad tiene cara de hereje. Los Bolivianos exigimos a las autoridades de Chile que nos devuelvan nuestra costa en el Océano Pacifico y nuestros puertos usurpados, por eso apoyo nuestra causa de reivindicación marítima, y al Hermano Rodolfo Piérola E. Presidente del Consejo Internacional de Residentes Bolivianos en el Exterior

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