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martes, 8 de marzo de 2016

Los trabajos son temporales en Italia y con menor remuneración

Cambiar de empleo cada tres o cuatro meses es una de las estrategias de “sobrevivencia” que utilizan los bolivianos en Italia, país que acoge a un importante número de compatriotas.

Las ciudades de Bérgamo y Milán son las que albergan al mayor número de bolivianos.

Ramiro Terrazas vive en Bérgamo, donde se encuentra la comunidad más grande de bolivianos, y afirma que en 2015 estuvo en por lo menos cuatro trabajos diferentes. Si bien él es maestro, nunca pudo ejercer como tal. Empezó en la construcción y luego ocupó por seis meses el puesto de sereno en una empresa .

Aprendió a ser jardinero y se desempeñó también como carpintero. Puntualiza que el boliviano debe trabajar donde haya una oportunidad y si tiene que cambiar de rubro constantemente debe hacerlo.

Margarita Ricaldez viajó a Italia hace cuatro años, después de salir bachiller. Su primer empleo, como niñera, le permitió enviar dinero a su madre que vive en Cochabamba. Cada mes mandaba 150 euros. La joven se dedica también a la limpieza de viviendas.

En los últimos meses, por la crisis, envía solo 50 euros cada mes.

UNA DÉCADA DE CRISIS

Álex Gómez Rodríguez, de 24 años, vive en Italia por motivos familiares y asegura que en la última década la economía de este país no ha sido de las mejores.

“Podría calificarla (a la economía de este país) como ‘suficiente’. Europa vive en crisis desde hace casi 10 años e Italia ha sido uno de los países más afectados junto con España, Grecia, entre otros”.

Comenta que desde 2007 varias empresas han reducido el personal o, en el peor de los casos, cerrado. Desde entonces, la ocupación no se ha recuperado como se esperaba, la expectativa de conseguir un trabajo fijo es mínima, ahora es muy común cambiar dos o tres trabajos en un año.

La buena noticia es, según Gómez, que el "Istat" (Instituto Nacional de Estadística) muestra un crecimiento moderado y se ve en la sociedad que poco a poco se está reponiendo.

“Todos los ciudadanos extracomunitarios, incluidos los bolivianos, tenemos las mismas oportunidades, sin duda alguna”.

Pero cuando un boliviano no puede encontrar empleo, en casos extremos trabaja sin contrato, en condiciones no idóneas y hasta a veces con una retribución mínima.

Todos los ciudadanos ocupados o desocupados cuentan con ayudas anuales, según un indicador económico que se calcula cada año para cada núcleo familiar. Son ayudas orientadas a la familia, la vivienda, estudio y salud.

La mayoría de los bolivianos piensan en regresar, especialmente las personas adultas, los que nacieron o crecieron aquí generalmente no se plantean retornar.

MISIÓN CUMPLIDA

Héctor Núñez vivió en Italia durante diez años, trabajando como pintor. En octubre de 2015 decidió retornar a Bolivia porque la situación económica “ya no era tan alentadora como en 2005”.

Asegura que en los primeros cinco años tenía bastante trabajo, no solo como pintor, sino también en el rubro de la plomería e incluso carpintería.

Sin embargo, desde hace cinco años venía haciendo malabares para enviar dinero a su familia que se había quedado en Cochabamba. En algún momento intentó llevarse a su esposa e hijo, pero la dificultad con los papeles lo desanimaron.

Héctor no se arrepiente de haber migrado a Italia, porque gracias a su trabajo en ese país logró construir su casa y comprarse un vehículo.

Bérgamo, la ciudad de las migraciones

Bérgamo (Bergamo en italiano - Bèrghem en lombardo) es una ciudad de Italia, capital de la provincia del mismo nombre, en la región de Lombardía, a unos 40 kilómetros al noreste de la población de Milán.

En esta ciudad, considerada la capital de las migraciones, se encuentra la comunidad más numerosa de bolivianos en Italia.

Uno de los destinos preferidos en Europa

Después de España, Italia es uno de los destinos preferidos por los bolivianos. La migración a ese país tuvo su auge a finales de la década de los 90. Cientos de compatriotas viajaron en busca de trabajo.

La estrategia de las familias era enviar primero a uno de los dos padres y luego, si había suerte, al resto de la familia.

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