Actualmente es responsable de Operaciones y Servicio de la banca transaccional para América Latina y de Operaciones para los productos de “Liquidity services” a nivel global en Citi.
Está casado con María Inés Americano Quintela. Tiene dos hijos: Gustavo Antezana Quintela (14 años) y Fernanda Antezana Quintela (12 años)
P: ¿Cómo y por qué se fue de Cochabamba? ¿Qué le motivó a tomar esta decisión?
R: Dejé Cochabamba a muy temprana edad. Cuando tenía ocho años mi familia se trasladó a Brasil en busca de oportunidades profesionales y desde entonces no tuve la oportunidad de volver a vivir en Bolivia, pero siempre que puedo regreso a visitar a la familia y a recordar lo bien que se vive y, principalmente, lo bien que se come en nuestra tierra.
P: ¿Cuál fue el momento más difícil que ha vivido durante su estancia en el extranjero?
R: Durante los 39 años que llevo fuera de Bolivia y primordialmente en función de las diversas asignaciones de mi trabajo, hemos tenido la oportunidad de vivir en varios países, incluyendo Brasil, Estados Unidos, España, Irlanda, Rusia, México y Colombia, donde radicamos hace dos años.
Para mí, en particular, los momentos más difíciles son los que preceden a cada cambio de país, la fase en que no tenemos aún seguridad si nos mudamos o no, la falta claridad de qué país nos tocará en la próxima asignación.
P: ¿Cuál fue el momento que más satisfacción le ha brindado su estadía fuera del país?
R: Creo que la mayor satisfacción está relacionada con haber vivido en carne propia tanta diversidad, por las múltiples culturas que hemos tenido la dicha de conocer de forma más cercana. He brindado a mis hijos esta experiencia de vida que les ha permitido conocer el mundo de una manera muy diferente a la tradicional. Desde el punto de vista profesional, vivir fuera del país me ha permitido empezar a trabajar desde los 19 años en una empresa multinacional que hasta el día de hoy me permite continuar desarrollándome como profesional.
P: ¿Cuáles son los principales logros que ha obtenido en el exterior?
R: Dar a mi familia una buena calidad de vida es el logro más importante. Siempre he tenido este objetivo muy claro en mi vida. Profesionalmente me siento realizado porque con mucho trabajo y dedicación he conseguido forjar una carrera sólida y consistente, que no estoy seguro que podría haber tenido si hubiera vivido toda mi vida en Cochabamba
P: ¿Cómo califica en general al cochabambino? ¿Considera que hubo un cambio cualitativo en su actitud? ¿Por qué cree Ud. que el cochabambino resulta más emprendedor en otros países o cree que también lo es en su tierra?
R: Somos la suma de muchas culturas, pero una de las cosas que nos define es el hecho de que la familia es siempre el centro de nuestra atención y nuestra prioridad.
Estoy convencido que el cochabambino fuera del país, por el simple hecho de haber tenido el coraje de salir, ya demuestra que tiene un nivel de determinación y ambición. Creo que este factor lo ayuda a que sea más emprendedor y luchador.
Conozco diversos casos de personas que demostraron sin haber vivido fuera del país, que tenían la vena emprendedora y fueron muy exitosos en su propio país.
P: ¿Qué mensaje tiene para los jóvenes?
R: Que no tengan miedo de arriesgar, es mejor arrepentirse de lo que hicieron, si se equivocaron, que arrepentirse de no haberlo intentado.
Les aconsejo que traten de empezar a trabajar en algo que los apasione desde el principio, que por las mañanas cuando se miren al espejo tengan ganas de ir al trabajo.
Las personas que disfrutan con lo que hacen tienen muchas más probabilidades de ser exitosas profesionalmente. Uno pasa demasiadas horas laburando como para que lo hagamos a disgusto o deseando estar en otro lugar o haciendo algo diferente.
En mi opinión uno debe ambicionar que su trabajo sea también uno de sus hobbies.
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