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viernes, 1 de mayo de 2015

Los bolivianos en Buenos Aires aún sufren discriminación y explotación



Las condiciones de vida y respeto de los derechos de los bolivianos han mejorado considerablemente en los últimos años en la República Argentina, pero todavía son vulnerables a situaciones de maltrato, explotación o trata de personas.

De acuerdo a datos extraoficiales, se calcula que más de 1.500.000 bolivianos radican en la capital de la República Argentina y sus alrededores, este dato que en los registros oficiales es mucho menor, se puede evidenciar en zonas, barrios de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el Cono Urbano y asentamientos donde los ciudadanos bolivianos son la mayoría.
La República Argentina es receptor natural de los migrantes bolivianos por la cercanía geográfica y las oportunidades laborales más amplias que tuvo históricamente.
La migración boliviana se incrementó en la segunda mitad del siglo XX y el migrante boliviano, que buscaba mejores oportunidades de vida, fue reconocido siempre por ser trabajador, pero igualmente discriminado por su nacionalidad y características étnicas y raciales.
Los migrantes que llegaron entre las décadas del 70 y 90 señalan que en muchos casos eran víctimas de maltrato y explotación, y también persecución por parte de las autoridades argentinas y la Policía Federal, no podían caminar tranquilos en la calle, porque en muchos casos los arrestaban o deportaban por no contar con la documentación migratoria necesaria, y estos maltratos y abusos de autoridad fueron peores durante los regímenes militares.
Juan Choque cuenta que el trámite para la radicatoria y el Documento Nacional de Identidad (DNI) era muy complicado de realizar y pedían muchos requisitos, como análisis de sangre y contratos de trabajo entre otros que imposibilitan que los compatriotas puedan tener su documentación en regla y acceso a un trabajo digno.
En la actualidad, con las leyes vigentes y convenios internacionales, es mucho más rápida la obtención de la radicatoria y el DNI, y según afirma el cónsul general del Estado Plurinacional de Bolivia en la República Argentina, Ramiro Tapia, en tres meses el solicitante obtiene esta documentación que le garantiza ser reconocido como ciudadano extranjero residente y mejorar sus condiciones laborales, de educación y acceso a la salud.
El Cónsul afirma que hay una gran cantidad de ciudadanos bolivianos que están retornando al país, pero igualmente señala que en la gestión 2014 se realizaron 70 mil trámites para la obtención de la radicatoria de acuerdo a datos de la última rendición de cuentas efectuada por el consulado a la colectividad boliviana, y solo en oficinas del Consulado General se atienden entre 500 y 700 personas por día.
Para todo este trabajo y el de otros trámites como poderes, emisión de certificados de nacimiento o cédulas de identidad bolivianas se tienen 11 consulados en toda la República Argentina, además de tres viceconsulados y el Consulado General en la provincia de Buenos Aires.

Apoyo para evitar la vulnerabilidad de los connacionales
Uno de los temas más sensibles y que aún constituye un problema para los ciudadanos bolivianos que migran es el riesgo de ser víctimas de trata de personas o las malas condiciones laborales; y en muchos casos los migrantes son sometidos y explotados por compatriotas para trabajar en rubros como la fabricación textil, construcción o agricultura.
El cónsul general, Ramiro Tapia, señala enfático que para evitar estas situaciones es importante que los ciudadanos bolivianos denuncien y que en la gestión 2014 recibieron 6000 denuncias de las cuales el 11 por ciento son de trata y tráfico de personas, y de igual manera remarca la importancia de que todos los migrantes cuenten con su DNI.
“No podemos actuar de oficio, porque no tenemos tuición, trabajamos con la parte legal frente a las denuncias que se presenten, nosotros como consulado queremos coadyuvar con autoridades argentinas y revertir la situación de los talleres clandestinos para lo cual proponemos que los bolivianos tengan su documento y mono tributo social para que puedan aportar de acuerdo al ingreso que tengan, y ante todo trabajar dignamente”, recalca.
Se debe destacar que fuera del trabajo consular existen varias asociaciones civiles de ciudadanos bolivianos y en la temática de trata y tráfico de personas; defensa de los derechos de los trabajadores bolivianos; y asistencia en casos de violencia doméstica, destaca el trabajo realizado por la mutual Asociación Civil Federativa Boliviana (Acifebol) liderada por Alfredo Ayala quien es su presidente.
La asociación fue creada el año 2009, por más de 8.000 personas de las cuales se tienen 3.000 afiliados, y son unos 150 los que pagan sus cuotas de 20 pesos argentinos para el mantenimiento de la Asociación, gastos operativos y cubrir viáticos para viajes de los dirigentes que no tienen sueldo, se debe destacar que la asociación emite mensajes radiales de prevención y edita un periódico de manera mensual.
Alfredo Ayala señala que cuando empezaron a funcionar, apoyaron para evitar los abusos en los allanamientos de talleres de costura, que eran cerrados por la Policía Federal de manera abusiva y discriminadora, y los mismos trabajadores que eran supuestamente rescatados eran tratados como delincuentes y se secuestraban objetos de valor y dinero de todas las personas que eran encontradas dentro de estas casas que funcionaban como talleres.
“Hacemos un trabajo de mediadores, o en caso que no funcionen las gestiones se va con un abogado laboralista para que se respeten los derechos de los trabajadores, y en un 80 por ciento de los casos se logró solucionar los problemas, y también apoyamos en la difusión de lo importante y sencillo que es obtener la documentación para que los compatriotas puedan tener regularizada su situación migratoria”, agregó.
Con el último incendio que hubo en un taller, donde fallecieron dos niños, Ayala piensa que iniciarán nuevamente los allanamientos, a los que no se oponen, pero proponen que los controles de las autoridades argentinas inicien en los fabricantes que son los que terciarizan el costurado de las prendas a talleres que no están habilitados.
“Muchos compatriotas hicieron el esfuerzo de tener sus talleres habilitados y pagando todos los impuestos, pero los fabricantes utilizan talleres no habilitados y pagan sumas irrisorias, entonces la mayoría de los talleres, por el tema de costos prefiere trabajar sin habilitación”, enfatiza.

El caso Rosita, rescatada de una vida de abusos y torturas
Uno de los últimos casos que conmovió a la colectividad boliviana, fue el caso de Rosa, que fue trasladada a Buenos Aires hace dos años y medio por una pareja de vecinos de su comunidad situada en el altiplano paceño, quienes le ofrecieron trabajo y buen sueldo para trabajar en un taller textil.
En todo ese tiempo, Rosa vivió un calvario y un sinfín de atropellos, sometida a abuso sexual constante por parte del hombre de la pareja y vejaciones y torturas por parte de la mujer, que por celos le introducía objetos en la vagina, la amordazaba, y cuando le provocaba heridas le hacía lamer su propia sangre del suelo. En una ocasión estuvo a punto a arrancarle la oreja con un alicate, y en la cabeza y el cuerpo tiene vestigios de una serie de azotes y golpes ocasionados por patadas, cables y otros objetos contundentes. Una herida hecha con un cuchillo destaca, la recibió por intentar comer un pedazo de grasa de las sobras de un asado que comieron sus torturadores.
La documentación de la víctima estaba en manos de sus agresores, y también su agenda telefónica por lo que no tenía ninguna forma de comunicarse con su madre y hermanos.
Su mamá y hermano se encuentran en Buenos Aires y llegaron con el apoyo de Acifebol y la colectividad boliviana para rescatar a Rosa y asistirla en su recuperación, su madre se encuentra muy afligida por la situación que vivió su hija, la señora solo habla aymara, pero con la ayuda de su hijo explica el drama que vivieron cuando se enteraron de todo.
Rosa fue recientemente dada de alta del hospital donde fue internada luego de ser rescatada con múltiples golpes y traumatismos, y a pesar de que todavía tiene dificultad para caminar, fue llevada a un refugio de personas víctimas de trata y tráfico, hasta su recuperación tanto física como sicológica para poder ser repatriada a Bolivia.
Los agresores, también de nacionalidad boliviana, están detenidos y se busca al hermano de la mujer, para ser imputado por complicidad, puesto que miraba las agresiones sin hacer nada, al igual que la hija que no está imputada por ser menor de edad.
Los delitos cometidos son muchos y a los acusados se los imputa por abuso sexual gravemente ultrajante en concurso real con reducción a servidumbre, y según miembros de Acifebol se espera una condena de más de 20 años de prisión.
Acifebol coordina las acciones legales y el seguimiento del caso junto al Viceconsulado Boliviano de La Matanza; y a través de dos campañas radiales a través de radios de la colectividad boliviana se logró reunir la suma de 250 mil pesos argentinos que fueron entregados a la madre de Rosa, para su recuperación y que le sirva de capital de inicio para recomenzar en la vida.

La Frase: “Para evitar estas situaciones es importante que los ciudadanos bolivianos denuncien”.
Ramiro Tapia, Cónsul general.

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