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domingo, 26 de marzo de 2017

Incidentes humillantes en la frontera con Chile



En los últimos cinco años se produjeron una serie de incidentes en la extensa frontera que comparten Bolivia y Chile, situación que se torna cada vez más preocupante y humillante. Hay que recordar que en junio de 2011, 14 soldados bolivianos fueron arrestados cerca de la localidad de Huayllas, en inmediaciones del salar de Coipasa, en posesión de dos automóviles con matrícula chilena que fueron abandonados por contrabandistas en territorio boliviano y que eran trasladados a Pisiga. Los soldados regresaron a Bolivia en junio de 2011, tras ser liberados por autoridades chilenas.

En enero de 2013, otros tres soldados bolivianos fueron detenidos por la Policía chilena (mejor conocida como Carabineros), mientras combatían el contrabando. En febrero del mismo año, un juez del país vecino excarceló a los tres soldados, acusados de haber pasado la frontera con armas de guerra, pero no permitió su salida inmediata, y recién en marzo se determinó su liberación pura y simple.

El pasado domingo se produjo otro incidente. Nueve bolivianos, dos militares y siete civiles funcionarios de la Aduana Nacional, fueron detenidos por carabineros chilenos en Colchane, cuando cumplían con su trabajo de luchar contra el contrabando, y fueron remitidos a prisión de manera preventiva por al menos 120 días. La Fiscalía trasandina los acusa por los delitos de robo con intimidación y violencia, porte y tenencia de armas prohibidas y contrabando. A estos incidentes se suma otros hechos como la realización de ejercicios militares por parte de Chile en la frontera. Otro hecho no menor ocurrió el 15 de marzo, cuando carabineros chilenos obligaron a retirar las banderas de Bolivia colocadas en el consulado de nuestro país en Antofagasta. Aquí se registró una grave violación al derecho internacional, ya que los consulados de cualquier país en otra nación son una representación física a la que no se puede atentar por ningún motivo.

En fin, ni qué decir de los constantes atropellos contra los derechos humanos de los ciudadanos bolivianos que emigraron a ciudades del norte de Chile, o la constante injusticia que sufren los transportistas de carga que van a Arica o Antofagasta, quienes resisten una serie de vulneraciones a sus derechos fundamentales, incluso soportando problemas internos.

Nos llama la atención que nuestros compatriotas militares sean acusados de traspasar la frontera, e incluso de ser ladrones, y que sean apresados sin mayores trámites por la Policía chilena. ¿No existe el conocimiento pleno de nuestras fronteras por parte de nuestros militares para cometer estos errores de traspaso? ¿O no existen las condiciones humanas y materiales para un mejor control de esa región fronteriza, como radares y un servicio de inteligencia?

En el reciente incidente vimos imágenes muy humillantes de nuestros militares, quienes fueron reducidos “boca abajo” por los carabineros de Chile. ¿Acaso nuestros oficiales del Ejército no tienen estrategias para resguardar las fronteras del país y afrontar situaciones difíciles como el contrabando o las provocaciones del país vecino?, más aun tratándose de una frontera especial por nuestra larga reivindicación marítima.

Solo un profundo descuido nos seguirá llevando a perder y estar supeditados a funcionarios y jueces extranjeros que nos acusan de todo. ¿O aún sigue tan abandonada esa larga frontera, que no hay condiciones humanas ni materiales para enfrentar a los contrabandistas y sus secuaces? Sabemos que somos un país pacifista, según explicita nuestra Constitución Política del Estado; pero esa declaración no quiere decir que seamos sumisos y que nos humillen. Nuestra profunda solidaridad con los dos militares y los siete civiles bolivianos aprehendidos, quienes en realidad están secuestrados y son presos políticos, así como con sus familiares. Uka ñanqha jaqinakaxa wali ch’aman ch’amaniwa tukupxi. Kunatsa pallallapallanakasa jani suma unjtasipki, irkatapxi?


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