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miércoles, 22 de agosto de 2012

China apunta a África para afianzar imperio económico

Una tercera parte del petróleo que consume China proviene de África, sobre todo de Angola. Un 20% del algodón que necesita para su industria textil le llega de Benín, Burkina Faso y Mali.

Éstos son sólo unos pocos ejemplos que reflejan el importante rol que el continente africano cumple en los planes chinos de expansión económica, pues la mayoría de las industrias “africanas” que exportan al gigante asiático, trabajan con capitales, jefes y mano de obra china.

En julio, en una cumbre en Beijing a la que asistieron 50 jefes de Estado de África, el presidente chino, Hu Jintao, prometió créditos por 20.000 millones de dólares para la inversión en estructura y “desarrollo sostenible”, una de las asignaturas pendientes de la mayoría de los estados africanos que buscan un espacio entre las llamadas economías emergentes.

Alegando este tipo de iniciativas, China rechaza la acusación de neoimperialismo, subrayando que la balanza comercial con el continente es equilibrada y que sus créditos son blandos y sin las estrictas condiciones que por lo general imponen el FMI y el Banco Mundial, que exigen duros planes de ajuste a cambio de financiamiento.

Pero en contrapartida, un informe de Human Rights Watch sobre condiciones laborales en las minas en Zambia, que en su mayoría están en manos chinas, pinta un panorama de explotación colonial. El título del reporte es elocuente: “Si se niega, lo echamos. Sin lugar a dudas”.

“Las relaciones laborales en Zambia muestran todo tipo de abusos, sea respecto al sueldo que muchas veces está por debajo del salario mínimo, a las condiciones de seguridad y sanitarias o bien a la represión de la actividad sindical”, reconoce Merlin Linehan, del portal China in Africa.

Todo tiene explicación en una reforma constitucional impulsada por Deng Xiao Ping en 1982, que suprimió el derecho de huelga, e hizo que los sindicatos sean apéndices del Partido Comunista.

Con la apertura económica de la década de los años 80, la regla social más importante en China pasó a ser la máxima del líder histórico Deng Xiao Ping: “enriquecerse primero está bien”. Desde entonces, las empresas, acostumbradas a ignorar las regulaciones, se comportan de la misma manera en el exterior.

Panorama

Según declaró al semanario especializado The Economist el ministro de Medio Ambiente de Zimbawe, las multinacionales chinas operan como “bucaneros buscadores de oro” pues lo que menos les interesa es la situación de los trabajadores.

Y no se trata simplemente de la conducta de las grandes corporaciones. Decenas de miles de emprendedores chinos emigraron a África, lo que provocó graves variaciones comerciales.

En el mercado de Lusaka esta presencia china bajó el precio del pollo a la mitad y el del repollo en un 65%. En Dar es Salaam, la capital comercial de Tanzania, la competencia con los trabajadores locales fue tal que se les prohibió vender en los mercados. Esto ha generado el comienzo de una crisis social en este país, y se prevén réplicas en el continente.

China y África
Zambia Las inversiones chinas constituyen aproximadamente 20% de su Producto Interno Bruto (PIB).


Minería En las minas de carbón, que suministran el 70% de las necesidades energéticas de T anzania, las condiciones laborales son alarmantes.


Objetivo El continente africano alberga materias primas a bajo precio que necesita la industria china para mantenerse en lo más alto del mercado mundial y competir con sus socios emergentes.

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