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martes, 9 de junio de 2015

Bolivianos en Virginia: Meet your self at home

La zona metropolitana de Washington y las ciudades y condados de Arlington Annandele, Falls Church y Fairfax, del estado de Virginia (EEUU) están pobladas desde hace muchos años por bolivianos que migraron en busca del sueño americano. Allí, en las pulcras avenidas y cuidados jardines, principalmente en Columbia Pike y Four Mile Run, arterias de Arlington que unen varias ciudades de Virginia, cada fin de semana bailan diablos, caporales, tobas y tinkus, provistos de sus pomposos y coloridos trajes, mientras comerciantes ambulantes despliegan la venta de los olorosos y suculentos platillos callejeros de nuestra región.

En Estados Unidos, un boliviano no deja de serlo. Al contrario, su cultura y costumbres van carcomiendo las norteamericanas, que incluso han cedido parte del inglés como lengua original, para dar paso al español, al espanglish, al quechua y al quechua-inglés. En esta zona, las hamburguesas y los perros calientes compiten con el silpancho, las planchitas, las salteñas y el pique macho, y la Coca Cola con el mocochinchi, que se venden en las calles George Mason, Glebe Road y Four Mile Run Drive.

Bolivianos: luz, cámara y acción
Esta es parte de la realidad que será narrada en La Virginia de los bolivianos, tercer largometraje que el realizador paceño Cristóbal Ríos se encuentra grabando en el país anglosajón.

“Pretende mostrar, desde diversas ópticas, lo que significa el ser boliviano en el área metropolitana de Washington, especialmente en el norte de Virginia. No nos enfocamos desde el punto de vista de la imigración tradicional, asumiendo la patria como algo lejano y geográfico, sino la bolivianidad asumida desde EEUU. Consideramos que La Virginia se refiere a una mujer, a una gran Madre que cobija a todos los bolivianos”, expresó Ríos.

Una de las protagonistas es Doña Emma, una anciana de 95 años, que emigró hace muchos años a EEUU, y que desde hace cinco se convirtió en ciudadana norteamericana, pero que se resiste a su nueva nacionalidad cantando cuecas, tomando singani y rehusándose a hablar inglés. También participa la Toba Doña Julia, siempre presta para ofrecer un tour por Tarata Town y Arlington Bamba.

Otros son religiosos, constructores, futbolistas, bailarines, devotos de la Virgen de Urkupiña, poetas y jóvenes activistas, además de personajes folclóricos que se adaptan a espacios novedosos para ellos como el metro, los malls o los parques de diversiones, y que demuestran la asimilación cultural al sistema anglosajón y la fortaleza de seguir adelante.

Ondeando la tricolor

En el filme hay textos narrados en quechua, inglés y español que otorgan un carácter pluricultural al documental. También se hace un paralelo de los buses bolivianos y el metro estadounidense y de calles de Cochabamba y Virginia, que se vuelven una sola.

Los productores terminaron la producción e inician la posproduccion, para lo cual están recaudando fondos a través de una kermés, el 21 de junio, de 12:00 a 17:00, en la discoteca Portales, 6148 Franconia Road Alexandria, VA 22310

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