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miércoles, 10 de junio de 2015

Condenan en Salta a diez años de prisión a un profesor tarijeño



La Sala V del Tribunal de Juicio de Salta, Argentina, condenó el martes a Juan Carlos Estrada Tejerina, profesor de Religión tarijeño acusado de haber cometido abusos sexuales a niños que iban al jardín de infantes del colegio Belgrano, a la pena de diez años de prisión de cumplimiento efectivo como autor responsable del delito de abuso sexual gravemente ultrajante agravado por ser cometido por el encargado de la educación en concurso real, en dos hechos.

Mientras que lo absolvió de los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante agravado por ser cometido por el encargado de la educación (un hecho) y del delito de abuso sexual simple agravado por ser cometido por el encargado de la educación (un hecho).
A las 19.30 aproximadamente, la Sala V del Tribunal de Juicio los magistrados Mónica Graciela Faber, María del Milagro López y Marcelo Javier Rubio Liberón, leyó la sentencia en la sala de audiencia de Grandes Juicios, de la Ciudad Judicial de Salta capital.
Indignación y gritos de “injusticia” se oyeron por parte de los familiares de Estrada Tejerina.
Participaron en la lectura de la sentencia Teresa Estrada, hermana del acusado, Leni Heredia, su esposa, y el agente consular de Bolivia en Salta, Ricardo Díaz, entre otros.
En la sentencia se le encontró culpable por el abuso sexual agravado en dos niños, delito por el cual le dieron los diez años de prisión. En tanto que pesaban sobre él otros dos casos de abuso simple, en los cuales fue hallado “inocente beneficiado por la duda”.
“En cinco días más se leerán los fundamentos y a partir de ese momento corre el plazo para el recurso ante Casación”, le dijo a El País el jefe de la oficina de Prensa del Poder Ejecutivo Provincial, Marcelo Báez.
En el medio del proceso, que duró nueve meses, se vivieron toda clase de “aprietes” a los familiares e inclusive fue sorprendente el horario de la lectura de la sentencia. Muy pocos medios cubrieron el acontecimiento y los mismos familiares acusaron a la prensa salteña de “condenar de antemano” al tarijeño.
Durante el proceso, sus hermanas lanzaron denuncias de discriminación, por ser bolivianos, y su malestar fue evidente ante los trabajadores de prensa tras la sentencia.

“Ni una prueba en su contra”
Según el abogado Santiago Pedroza, defensor del profesor, “nunca presentaron una prueba contundente en su contra, todas fueron conclusiones de psicólogos que lo condenaron de antemano”.
El juicio no fue público, no dejaron el ingreso de la prensa y estuvo en el total hermetismo para, según los fiscales, “resguardar la integridad de los menores”.
Por otro lado, la familia corrió con todos los gastos de la defensa. “Pagamos a nuestros peritos de parte y al abogado en quien confiamos mucho. Todo salió de nuestros bolsillos porque somos gente trabajadora”, dijo Teresa, hermana del ahora sentenciado.

Apelación
Los familiares del tarijeño dijeron que no bajarán los brazos y que apelarán la medida. Díaz dijo que seguirán acompañando a la familia de Tejerina Estrada. En tanto que desde los diferentes grupos de residentes bolivianos en Salta también anunciaron que le darán todo el apoyo a la familia.
Antecedentes
El docente fue denunciado a inicios de septiembre del año pasado por padres de alumnos del jardín de infantes del colegio Belgrano y fue detenido el 9 de ese mes, desde entonces comenzó el calvario de su familia quien cree y sostiene que es “inocente” y que lo culparon por los abusos de otra persona.
En la etapa investigativa (a cargo del fiscal Pablo Rivero y que ante quien recaen los cuestionamientos de la defensa por posible xenofobia y discriminación) que nunca se dio lugar a la libertad condicionada ni a la detención domiciliaria del presunto abusador, dando cuenta de manera constante que el mismo se podría fugar del país del cual es ciudadano pero nacido en Tarija, despreciando su calidad de argentino, su condición de padre de hija nacida en este país y los años de residencia en el medio local que ya suman más de una década. Gran parte del núcleo familiar de él y su mujer Leny, residen en la ciudad capital salteña de manera permanente.
Por otro lado, se conocieron fotografías que el acusado tenía en su computadora que denotarían escenas sexuales. Su interpretación como prueba fue en dos direcciones distintas. Según la defensa del imputado, “se trata de pinturas rupestres y relacionadas a teología, que tienen que ver con la profesión de Estrada Tejerina”. La querella, en cambio, indicó que “eso se dilucidará con las declaraciones del acusado, más adelante”.
Fuentes extraoficiales manifestaron que se trata de material que compromete seriamente a Estrada Tejerina.
En tanto que los informes psiquiátricos por parte de Edmundo del Cerro y María Virginia Albarracín y el psicológico, realizado por Natalia Colombo, expresan notorias divergencias. El primero exime de posible culpabilidad y el segundo es totalmente condenatorio.
Otro dato negativo del proceso fue que la inspección ocular del escenario de los posibles abusos se realizó en un horario que no es el de los niños del nivel inicial, descontextualizando la situación. Recién en el día del comienzo de este juicio se realizó la inspección durante clases a los niños, mostrando la imposibilidad de los hechos acusatorios.
Además las cámaras Gesell, de las que se extrajeron datos a los niños en cuestión, tienen un alto grado de relatos inconexos, fragmentados, nombrando personas y distintas características e inducción de nombres, además, uno de los niños describe a una persona con características muy diferentes al tarijeño.
También es notable que la mayoría de los testigos citados a declarar lo hacen a favor del profesor Estrada y que las testimoniales en su contra proceden siempre del entorno de la parte acusatoria y que, por lo tanto, pierden objetividad.

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