La presidenta de Brasil tomó el control de la cartera de Integración. Sus funcionarios están acusados de desviar recursos de los estados afectados por las lluvias, que ya causaron 8 muertos y miles de evacuados.
Dilma Rousseff ordenó que la jefa de gabinete, Gleisi Hoffmann, asuma el control de las partidas enviadas a las zonas afectadas por las fuertes precipitaciones. Es que, según difundió el diario O�Globo el Ministerio de Integración, que al parecer destinó más fondos a zonas sin problemas urgentes.
El ministro de Integración, Fernando Becerra, envió a su estado natal, Pernambuco, un alto porcentaje de dinero correspondiente al programa de Prevención de Desastres, y recortó el presupuesto para el sureste, la región más afectada por las lluvias de inicio de este año.
Hay 53 municipios de Minas Gerais están en emergencia, mientras en Rio de Janeiro, otro estado del sureste, 2 personas murieron y hay de 3.000 afectados por las precipitaciones.
En el primer año de mandato de Rousseff, seis ministros debieron abandonar sus puestos salpicados por casos de corrupción. Antonio Palocci, Ministro de la Casa Civil (el equivalente a jefe de gabinete);Alfredo Nascimento, Ministro de Transportes;Wagner Rossi, de Agricultura; Pedro Novais, de Turismo; Orlando Silva, de Deporte y el último Carlos Lupi, Ministro de Trabajo.
Rousseff, del Partido de los Trabajadores, que encabeza su mentor político, el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva, gobierna con una coalición integrada por más de 10 partidos porque su formación sólo tiene 85 de los 581 diputados de la Cámara baja. Siguiendo una tradición política, la mandataria se asegura el apoyo en el Congreso a cambio de distribuir cuotas de poder. Cada ministro que perdió el puesto ha sido reemplazado por otro miembro de su partido, lo que ha permitido a Rousseff "mantener el timón del gobierno".
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