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viernes, 20 de abril de 2012

Sarkozy, más lejos de ganar la reelección en las presidenciales

Los diez candidatos a las elección presidencial francesa, empezando por el presidente Nicolas Sarkozy, redoblan sus esfuerzos para tratar de convencer a los electores indecisos, más numerosos que nunca en la historia de la República, antes de la primera vuelta electoral de este domingo.

Según una encuesta del instituto Opinion Way Fiducial, 1 elector de cada 4, es decir, entre 6 y 8 millones de franceses sobre el total de 44 millones llamados a votar, todavía no ha decidido a quién elegirá como su candidato.

Reserva. Los electores de Sarkozy y de Hollande se dicen mayoritariamente seguros de su decisión, pero buena parte de los del candidato de la izquierda radical Jean-Luc Mélenchon, los del centrista François Bayrou y los de la ecologista Eva Joly, declaran que todavía pueden cambiarla.

Esa reserva de votos hace soñar al equipo de campaña de Nicolas Sarkozy, para quien se multiplican los sondeos negativos. Consciente de que es sistemáticamente dado perdedor en la segunda vuelta, el presidente y candidato de la derecha se aferra a la esperanza de quedar en cabeza en la primera vuelta para lanzar una segunda campaña electoral tras ella y vencer así a Hollande. “Los propios encuestadores dicen que jamás vieron una campaña tan incierta a tan poco tiempo de los comicios”, recalcó la portavoz de Sarkozy, Nathalie Kosciusko-Morizet.

Otro tema de preocupación para los candidatos es la abstención. Según el instituto Opinion Way, podría alcanzar 26%, cuando fue de 16% en la primera vuelta de las presidenciales de 2007. Para la segunda vuelta, dada la ventaja de Hollande en los sondeos (hasta un 58%), muchos, incluso en el campo de Sarkozy, han dejado de creer en sus posibilidades. El Presidente busca la salvación en la extrema derecha y exhorta sistemáticamente a los simpatizantes de Marine Le Pen a votar por él.

Hollande, ‘latinoamericano’

Como al momento de la gran victoria socialista de François Mitterrand en 1981, Francia se ha convertido hoy en el mayor catalizador de temores y esperanzas que recorren Europa. Y el actual candidato socialista ha sido parangonado por los analistas con líderes e ideales latinoamericanos, al negarse al “pensamiento único” del neoliberalismo y al defender el modelo social francés cuando el actual presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, una de las personas más influyentes del mundo según el semanario Time, asegura que aquel ha muerto.

Hollande defiende las prerrogativas sociales, desde la conquista de la semana laboral de 35 horas (y no de 40) hasta las jubilaciones y pensiones, e insiste en que el saneamiento necesario de las finanzas públicas no pasa por la reducción de las prestaciones, sino por una reforma fiscal, tributaria y financiera. Es por ello que la revista británica The Economist, liberal, desaconseja votar por él.

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