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martes, 1 de marzo de 2011

A los cubanos les preocupa el fin de la cartilla de alimentos

La preocupación de los cubanos por la futura eliminación de la canasta básica subsidiada y por los bajos salarios marcaron el ritmo de tres meses de debate popular sobre las reformas de Raúl Castro, que concluyeron ayer.

“Discutimos sobre los salarios, el cuentapropismo (pequeños negocios privados), los impuestos y el transporte, pero “la libreta (cartilla de alimentos subsidiados) se robó el show”, dijo a la AFP Mireya Suárez, una ingeniera de 48 años, resumiendo los temas abordados en la reunión en su barrio de Centro Habana.

“Eso no nos lo pueden quitar de golpe. Necesitamos que el cambio sea gradual para evitar un descontento social generalizado”, explicó a Radio Francia Internacional Eloy Fortún, economista de profesión y autor de un blog sobre análisis financiero con sede en Panamá.

Ajustes estructurales

La eliminación gradual de la libreta -vigente desde 1963- y de otros subsidios, está entre las 291 proyecciones del futuro modelo económico que seguirá la isla comunista, debatidas por los cubanos desde el 1 de diciembre en centros de trabajo, universidades o en reuniones vecinales.

Esos criterios serán tenidos en cuenta por el VI Congreso del gobernante Partido Comunista, en abril, que debe aprobar el programa definitivo a aplicar.

“Cuando recibes 200 pesos (unos ocho dólares) de pensión y tienes que hacer pininos (malabares) para comer, entonces sabes lo que representa la libreta”, dijo Santa Sánchez, una jubilada de 73 años natural de La Habana.

Los cubanos, con salud y educación gratuitas -salario mensual de 17 dólares-, reciben una insuficiente canasta básica subsidiada, reducida en los últimos meses en cantidad de productos como parte de la política de Raúl Castro de suprimir “gratuidades y subsidios indebidos”.

Recorte de empleo estatal

El plan, que el Gobierno estima urgente para hacer eficiente el modelo socialista, incluye el recorte de 500 mil empleos en el Estado hasta marzo, la apertura a la iniciativa privada para absorber a la mayoría de los despedidos y autonomía en la gestión empresarial.

En las reuniones populares los cubanos plantearon sus inquietudes sobre los impuestos que deben pagar los propietarios de negocios, considerados altos, y el costo de la vida a partir de las reformas de Raúl Castro.

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